La vida
nunca muere: renace en el parpadeo
de un
altar bien decorado, en un corazón latente,
en la
brisa de una mañana de verano.
Y es que
la vida se renueva constantemente cada
vez que
un ángel muere y a su vez nace un ave fénix
porque, aunque
muera la vida, esta continuara en
el altar
de los sollozos. Vivamos en la conciencia
de los
ardientes de corazón, pues si te hace suyo,
suyo serás.
La vida nunca muere…
Julie P. Lizcano Roa
Carlotta de Borbonet
A SOLAS (2019)