“Todo escrito posee un sentido, aunque este sentido
diste mucho del que el autor soñó dar a su trabajo. Ya que el escritor no tiene
modo alguno de evadirse, queremos que se abrace estrechamente con su época; es
su única oportunidad; su época está hecha para él y él está hecho para ella”.
(Jean P. Sartre)
La literatura es
ese arte que logra pintar en un pedazo de hoja la vida, atreviéndose a
introducir dentro de esta contenidos que pueden ser de orden político, económico,
educativo, y cultural según las condiciones en las cuales el escritor este
inmerso. Dentro del análisis que me voy a atrever a hacer acerca de José
Saramago y su libro Ensayo sobre la
ceguera (1995), quiero resaltar algunas aproximaciones filosóficas desde
David Hume en su texto Investigación
sobre el entendimiento humano (1990) que este escritor logró hacer, y en
donde abundan aspectos ontológicos, metafísicos, axiológicos, antropológicos,
religiosos, empiristas, existenciales, éticos y morales; y cuyo vehículo
ideológico, reflejan la realidad de verdades trascendentales implícitas en las
sociedades del siglo XX y XXI.
En
el texto de Saramago (1995) se hace evidente la personificación que tiene la
ceguera o “mal blanco” (pág.50), la cual podría entenderse como esa incapacidad
que tienen las personas de percibir el mundo, viéndose los protagonistas
obligados a entender su realidad de manera diferente, donde deben enfrentar el
encierro, la vigilancia, el aislamiento y el exilio. Para poder entonces,
comprender dichas cualidades de esas situaciones que están en el mundo exterior,
y poder interactuar con estas e incluso sobrevivir, Hume (1990) propone que los
protagonistas se verán obligados a utilizar una serie de ideas e impresiones, que
a través de la experiencia en dicho contexto deberán utilizar, pues sin esta
experiencia no se podría suponer nada, debido a que solo se tendrían certezas
del contexto por medio de sus propias ideas intuitivas y de las construcciones
sociales que tienen de dicho contexto (las cuales giraban en torno a un manicomio,
pág. 46), arriesgándose a crear y habitar una realidad que no es la misma de
aquellos que aún pueden ver; pues como lo resalta Hume la percepción nunca es
suficiente para comprender algo, ni siquiera a nosotros mismos; para
fundamentar lo anterior Hume (1990) expone en su texto lo siguiente:
La experiencia nos lleva
más allá de nuestra memoria y sentidos, nos aseguran cuestiones de hecho que
acorrieron en los logares más alejados y en las más remotas épocas, aún así,
algún hecho debe sestar presente a los sentidos o a la memoria a partir de la
cual podamos iniciar la extracción de esas conclusiones. (p. 9)
Aquí
se despliega ese enfrentamiento entre empirismo vs racionalismo, donde los
racionalistas olvidan que existen otras formas de conocer, que no tiene que ver
solamente con la visión, sin embargo es una discusión que no realizaré en este
texto.
Por
otro lado, esta consideración negativa de la ceguera en el texto de Saramago
(1995) se podría considerar como la negación del mundo, y de la realidad que
nos rodea, incluso la perdida de nuestras propias cualidades físicas, que nos
definen como seres humanos, y que únicamente se puede asir por medio de la
vista, esa vista como aquel sentido que nos ayuda a presenciar el mundo, y que
se caracteriza como esa fuente de conocimiento que nos permite acceder a él, y
lo cual quiero evidenciarlo en el texto de Saramago (1995) de la siguiente
manera:
Con la marcha de los
tiempos, más las actividades derivadas de la convivencia y de los intercambios
genéticos, acabamos metiendo la consciencia en el color de la sangre y en la
sal de las lágrimas, y, como si tanto fuera aún poco, hicimos de los ojos una
especie de espejos vueltos hacia dentro, con el resultado muchas veces, de que
acaban mostrando sin reserva lo que estábamos tratando de negar con la boca. (p.
25)
Entonces,
lo que nos ayuda a dilucidar Hume (1990) a partir del texto de Saramago, es que
con ayuda de las impresiones de sensación y de reflexión, de las ideas simples
y compuestas, que se darán por hechos asociativos que los protagonistas podrán
hacer, permitirá de alguna manera afrontar su situación, y empezar a conocer
las cualidades de aquellos con los cuales están conviviendo y del contexto de
estos, y que será fundamental para la supervivencia de estos, incluso ayudará a
generar expectativas respecto de los acontecimientos futuros, llamado causa-efecto, que Hume (1990)
ejemplificara en su texto de la siguiente manera:
He aquí una bola de
billar inmóvil sobre una mesa y otra bola que se mueve hacia ella con rapidez.
Las dos chocan y la bola que en un principio estaba en reposo ahora adquiere
movimiento. Es evidente que las dos bolas entrarán en contacto antes de que les sea
comunicado el movimiento y que
no hay intervalo alguno entre el choque y el movimiento. (p. 7)
En
conclusión, teniendo en cuenta todo lo anterior, se logró dilucidar que la supervivencia de los
ciegos estará dado por varias circunstancias: a) Definitivamente la experiencia
jugará un papel importante, sin esta los ciegos no podrán conjeturar nada, dependen
entonces de esta totalmente, ya que les ayudará a dilucidar las causas y los efectos
de esas situaciones a las que ellos se verán enfrentados; b) no basta
relacionar un evento A (el estrés) con un evento B (la ceguera), pues debemos
antes experimentar, para poder sacar inferencias que se acerquen de alguna
forma a dichas conjeturas, ya que para un solo evento, pueden existir múltiples
efectos; c) la costumbre y los actos repetitivos dentro de su mismo contexto
(el manicomio) será la guía fundamental para poder actuar en la vida cotidiana,
si no logran acostumbrarse se les será difícil adaptarse y sobrevivir a ese
nuevo mundo “blanco” y; d) Al reconocer que una causa tiene uno o varios
efectos, se podría reconocer que algo que alguna vez no conocimos, podría ser
al día siguiente algo existente, y que necesariamente dependerá de la
experiencia, de las costumbres, hábitos y conductas repetitivas.
Referencias
Hume, D. (1990). Investigación sobre el entendimiento
humano, Secciones II-V. Recuperado en http://213.0.8.18/portal/educantabria/contenidoseducativosdigitales/bachillerato/citexfi/citex/cit/Hume/humetexto.pdf
Saramago, J. (1995). Ensayo sobre la ceguera: págs. 9-63. Bogotá: Santillana
Juli P. Lizcano Roa
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