EL DE LA ESQUINA 87 CON AUTOPISTA
Me llamo Fernando, tengo 42 años.
Soy vendedor ambulante en la calle 87 con autopista.
Vivo en Kennedy, con 5 hijos y una maravillosa esposa, la cual me ayuda para vender las empanadas, ella es vendedora de rosas, ahí cerca donde yo tengo el chuzo.
Nos levantamos todos los días a las 3 de la mañana, preparamos empanadas y a las 5 de la mañana organizamos a los muchachos para llevarlos al colegio,bueno mi mujer es la que los lleva, porque yo a la 6 ya debo estar en la 87 listo en mi puestico para vender. Mis pelaos se llaman: el mayor es Jair tiene 19 y está haciendo noveno en el colegio Distrital San Agustín, Thomas es el menor tiene 6 años y hace primero de primaria, Sebastián es el segundo y tiene 17 años hace séptimo, Mayerli tiene 12 hace quinto de primaria y Yurani tiene 15 años y hace octavo de bachillerato. Nosotros desayunamos a eso de las cuatro y media de la mañana, agua panela y un pan, cuando se puede, porque cuando no, toca a punto de solo agua panela.
No tenemos agua para bañarnos, entonces solo nos lavamos las manos, los dientes y la cara con un poco de agua que mi mujer logra conseguir, vivimos todos en una habitación, pues no tenemos las condiciones económicas para conseguir un mejor lugar para los pelaos, sin embargo somos muy unidos e intentamos darle a los pelaos estudio, porque es lo único que podemos dejarles.
Thomas es el más pilo de todos, a pesar de que es el menor. Yurani ahora tiene 15 años y está embarazada la pelada esa. Los otros van ahí en trencito,dice mi esposa. Yo en verdad no sé qué pensar, a veces creo que esos muchachos no tienen futuro, por eso hay que ponerlos a trabajar desde ya, pa' que ayuden a traer billullito a la casa, es que la situa en este país está muy jodida, y más pa’ nosotros los pobres, los ricos de qué se preocupan?, ellos no saben que es levantarse a las tres de la mañana para llegar a las 6 de la mañana a vender todo el día, si es que uno vende, porque a veces uno no logra vender más de diez mil pesos, diez mil pesos hoy en día no es nada, no era como en mi época, diez mil pesos servían para muchas cosas, ahora la plata no dura pa’ nada. Los ricos tienen la vida comprada, pero uno no, la vida se lo va comiendo a uno de a poquitos. Ha visto el noticiero?, la gente cree que hablando de la pobreza de verdad uno va a salir de eso, nooo es que la vaina está muy jodida mientras los encorbatados sigan comiéndose nuestro dinero, yo sólo hice hasta segundo de primaria, pero ya ve, yo me las pillo todas.
Pero, sabe una cosa?, yo a mi pelaos les enseño a ser humildes, es que uno siendo humilde llega muy lejos, igual a ser sinceros, porque podemos ser pobres y todo lo que usted quiera, pero rateros y deshonestos nunca; por eso es que mi hermano Jael está en la cárcel, ese verriondo. Y todo lo que nos enseñó mi mamá y vea, está en la cárcel, por marica. Yo acá tengo mi negocio y todo y bueno ahí saco lo que puedo para ayudarle a mi mujer, es que la vida no es nada fácil. Aunque yo creo que eso es culpa de mi papá, mi papá era un hijueputa,llegaba todos los días harto, a pegarle a mi mamá y si nosotros nos metíamos,también nos daba unas tandas, una vez me partió un brazo, pero él también se llevó su buen golpe, nunca regreso a casa después de eso, nosotros somos de un pueblito del Quindío llamado Calarcá, después de que mi papá se fue de la casa,llegaron amenazas a nuestra familia y paila, nos tocó venirnos pa’ la ciudad,llegamos acá como desplazados y el gobierno no nos quiso ayudar, en fin, por eso digo que era un hijueputa, después de todo lo que a mi mamá le tocó comer mierda para tenernos bien, sino yo no estaría acá vendiéndole a usted esta caja de cigarrillos y esa caja de chicles que siempre me compra.
Yo en Calarcá lo tenía todo, o bueno casi todo, algo sí que era seguro,es que nunca nos faltó la comidita, mi mamá nos preparaba severos platos de comida, podría faltarnos ropa, zapatos, útiles para el colegio de mis hermanos menores, pero nunca la comida. Acá en Bogotá, he tenido noches con mis pelaos que nada, ni una migaja de pan y es que vivir en esta ciudad es muy difícil. Yo creía que era diferente, es que en la televisión todo se ve tan bonito. Pero que va, la vida en la ciudad es una mierda. El gobierno, lo único ahí que nos hecho la mano fue con los pelaos, les dieron estudio y bueno, van al medido día a un comedor comunitario, allá van los pelaos y comen, y mi esposa y yo nos rebuscamos pa’ comer algo durante el día, aunque en verdad son muchas las ocasiones que llegamos sin haber comido algo en todo el día. Sabe?, me preocupa el pelao este, Jair, parece que está consumiendo, me llega tarde a la casa,esta agresivo, grosero, imposible de controlar está ese muchacho, perdón se me aguan los ojos de sólo pensar que sea cierto, es que si estuviésemos en el Quindío, quizás mi pelao no estuviese cogiendo esos pasos, yo pase por las drogas, aquí donde me ve, yo pase por una época dura, pensé que nunca iba a salir, el bazuco me tenía en la mala, pero en la mala mala, tengo miedo que este pelao se quede ahí, y con qué plata, a quién puedo recurrir para ayudarlo, dígame. Nooo es que acá es muy jodido todo. Ay de mis peladitos, no deberían estar viviendo esto y ahora esta pelada embarazada, nee es que la cago a fondo, pero bueno hay que recibir a ese bebe con los brazos abiertos, igual no deja de ser una bendición de Dios,a él todo se lo debemos, bendito sea.
Ahhh mire, ahí viene mi mujer, entre nos, quiero que le mire las manos,ella trabaja allí en el semáforo o a veces debajo del puente que usted alcanza a ver desde acá.
-Que hubo pues mija. ¿Cómo le fue hoy?
-Hoy bien mijo. Vendí todas las rosas.
-Qué bueno mija, entonces ya coge pa’ la casa o qué?
-No creo mijo, más bien me quedo y le ayudo, no cree?
-No mija, más bien váyase para el barrio, recoge a los muchachos, y le ayuda con las tareas, que usted es buena pa’ eso. De mí no se preocupe, que yo ahorita cierro el chuzo.
-Bueno mijo, nos vemos entonces ahora en la nochesita.
-Hágale pues mija. (Le da un beso y ella se va)
Si ve lo que le digo, esa mujer es una buena mujer, yo por eso la quiero tanto, es que sin ella, ayyy Diosito, yo no sé dónde estaríamos ahora, quizás viviendo bajo un puente o algo parecido. Acá con el chuzo y las rosas, algo hacemos por los pelaos. Los pelaos son nuestra vida, y bueno soy feliz porque ellos son los que hacen que yo me levante todos los días, bueno es la ley de la vida, trabajar y todo eso, pero verá, los pelaos son mi fuente de energía, y acá me ve usted, todos los días, bajo el sol, el frío, la lluvia, todo por ellos. Algún día la vida nos retribuirá algo, es el destino, no cree doctora?
Mire ya casi va a empezar a llover, no quiero molestarla más con mis tonterías, igual usted todos los días viene y me compra así sea un dulce, se lo agradezco porque con eso alimento a mis pelaos y bueno ahora toca ahorrar para el nuevo miembro de la familia, porque no creo que la Yurani se vaya con el papá del chino, yo no lo creo doctora, porque ese pelao no hace nada, pero es nada nada, yo lo dudo en verdad, además mi mujer como que no lo quiere de a mucho,entonces pues es mejor que la Yurani se quede en la casa, a atender al muchacho y luego que nos ayude con el negocio, pa’ que le dé de comer al muchachito ese que viene en camino, pero bueno como se lo dije, es una bendición de Dios, sé que nos traerá mucha alegría a todos. Yo le estaré contando doctora, cuando el niño nazca, y usted quizás pueda recomendarnos algún jardín pa’ llevar al peladito.
-Bueno doctora cuídese mucho, mire que la vida esta peligrosa.
De mi libro de cuentos: HISTORIAS DE MI CALLE, POR Euterpe ©