martes, 26 de junio de 2012


OCCISO


Mi placenteramente insoportable 
perdición (Andrés Caicedo)

La vida se me escapa de las manos
como humo se desvanecen mis sueños.
No tengo esperanzas, no tengo deseos
vivo porque me toca vivir, vivo sin ánimos

El mundo está lleno de puertas
intento abrirlas pero todas cerradas
con llave.
Mi corazón llora, mi alma llora y por mis ojos sale
No vale la pena vivir en este mundo de almas desiertas
Mi alma sin sueños, mi corazón roto
y mi cuerpo sin fuerzas ¿será que existe cura
para este vacío infernal?, ¿será que tiene sentido
está vida en la eternidad? Trato de evitar
la muerte que de mis manos provenga

Desearía regresar el tiempo, volver a nacer
desearía adelantar el reloj
para pasar sin saborear este trago ácido. Qué ironía,
me doy cuenta que tengo deseos en esta vida sin sentido
¿Increíbles mis sentimientos?. Vivirlos es increíble.
Me siento sola, ni la compañía de mi ser poseo.

La soledad: fiera, indomable, sin comparación.
El dolor me acompaña, el aliento me
abandona. Amargura, desilusión. Esperanzas no
tengo y tampoco tengo deseos.
La vida es un tiquete sin regreso al sufrimiento
Tengo mucho miedo y las pocas ganas de vivir
los caminos largos y estrechos parecen sin fin.

No tengo sueños, ya fuerzas no me
quedan y pocos los sentimientos.
Estoy muerto en vida, estoy vivo en la muerte,
el dolor es constante y el sufrimiento eterno.
Esto es un infierno, es mi infierno.
Un mundo difícil donde todo se pierde

Euterpe
(31-10-2010)

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