Demasiadas cosas que
quiero hacer (viajar, por ejemplo), hace unos días estuve en Cartagena y se me
vino a la cabeza esa idea de las obligaciones y esa incesante búsqueda mía de
soledad, pues una reunión de personas me parece demasiado tediosa, casi una
pesadilla como diría Pizarnik. Las obligaciones, por un lado, parecen ser cada
vez más riesgosas, pues hay mucho que hacer y poco tiempo para dedicarse a uno
mismo o a la familia, es bien sabido que a esta edad nada es para siempre, y
que nos entregamos a todo para no quedarnos vacíos; pues que fácil es quedarnos
en silencio, ser calma, serenos, cautelosos, poco sé qué me tiene deparado el
destino, pero este parece saber más de mí que mi propia madre, y más aún me
asiste como un desierto lleno de jeroglíficos, definitivamente es el destino
una logia exterminadora que cubre mi existencia y me castiga.
Por otro lado, está la
incesante búsqueda de soledad que triste espera con una palabra ser alabada, aún
le busco un nombre, podría ser una deidad que cubre mi alma con una luz oscura
que llena de mi ser de dudas y preguntas, se anuncia sobre un poema (algunos de
esos que me gusta escribir en las noches de abril), la soledad pulveriza mi
conciencia, me abandona en algún lugar sin letras, sin manta que me arrope este
desligado cuerpo. Soy cobarde, y lo sé, busco el ascetismo como única fuente de
inspiración en mi vida, pero quiero ver el crepúsculo que se asoma sobre la poesía
de mis labios secos, algo que anuncie de alguna forma que aún vivo.
Carlotta de Borbonet
Juli P. Lizcano Roa
INDICIOS 2019-20
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por leerme :)