Largo es el camino que nuestro pensar más necesita.
(M. Heidegger)
¿Puede realmente
la filosofía enseñarnos a pensar?, y si así lo fuese ¿qué clase de “pensar”
generaría en la sociedad de hoy tan llevada por la era de la tecnología, la
globalización y la planetarización?, ¿cuál sería la tarea de la filosofía si
logrará enseñar al ser humano “común” al acto del pensar? y ¿realmente son los
filósofos los únicos capaces de pensar como lo dijo Martin Heidegger en su
texto “Qué significa pensar”?
Segovia
(2011) define que pensar es
reflexionar, volver uno sobre sí mismo y buscar a ver qué se encuentra, es una
llamada a la vida interior de cada uno de nosotros, algo muy difícil de hacerlo
hoy en día ya que se vive volcado a las demandas exteriores. Pineda (2003)
considera que pensar es crear y lo refiere más a un acontecimiento intempestivo,
lejos de la plena conciencia del sujeto, distante de la razón, el pensar
entonces aparece en la irrupción y nos invita a la batalla por conquistar
nuevos territorios. Heidegger (1997) resalta que el pensar debe tener un
carácter preparatorio, no fundante, ya que el pensar debe aprenderse con el fin
de que algún día la sociedad supere el pensamiento científico, técnico e
industrial, en definitiva para Heidegger constituir el ejercicio del pensar en
rigor corresponde a comprender el Ser, ya que a Heidegger le interesa
contemplar al ser humano no desde la perspectiva de la sociedad, la naturaleza,
o Dios, sino desde su propia perspectiva, cómo se ve él mismo. Dewey (1998) en
contraposición, resalta que nadie puede decirle a otra persona cómo debe
pensar, del mismo modo que nadie debe instruirlo en cómo ha de respirar o hacer
que circule su sangre.
El
supuesto de pensar, podría considerarse que es una tarea transversal que hoy
por hoy intenta dar respuestas a las diferentes problemáticas psicosociales que
la humanidad está atravesando, a pesar de que la educación nos ha llevado a ser
máquinas repetitivas de pensamiento (Naranjo, s.f, referenciado por Pineda,
2003). En la filosofía como tal es inevitable resaltar que pensar ayuda a
despertar en el ser humano una disposición abierta para aprender a conocer, lo
ideal no es convertirnos en una sociedad cargada de tecnicismos vacíos con
apariencias, sin resultados ni frutos, como lo resalto Heidegger (1989) en su
libro “Conceptos fundamentales”:
Eso que llamamos técnica
moderna no es sólo una herramienta, un medio en contraposición al cual el
hombre actual pudiese ser amo o esclavo; previamente a todo ello y sobre esas
actitudes posibles, es esa técnica un modo ya decidido de interpretación del
mundo que no sólo determina los medios de transporte, la distribución de
alimentos y la industria del ocio, sino toda actitud del hombre en sus
posibilidades. (p.
45)
En
la era actual, parece ser que se piensa poco porque ahora solo se piensa con
palabras y el léxico de la gente es cada vez más escaso ya que solo se alimentan
de imágenes que son autorreferentes, y que se agotan en sí mismas. De allí lo
que resaltaba Heidegger en la frase anteriormente citada sobre que todavía no
tenemos algo digno de ser pensado, lo cual es un hecho realmente perturbador
pues el escenario del pensar parece no preocuparle al hombre contemporáneo. Lo
que se evidencia es que hay una ambigüedad en la forma en cómo lidiamos nuestra
realidad, ya que se conocen parcialmente las cosas pero en el fondo no las
conocemos, porque estamos atrapados en la forma como otras personas las ven con
las etiquetas, puestas a ellas por el mundo a su alrededor (Warnock, 1979). Las
etiquetas muchas veces hacen que algo o alguien se quede estático, posicionándolos
en opiniones falsas que no lo llevan a desplegarse en su forma de ser como
persona y mucho menos en su forma de pensar, dejándose llevar solo por los
instintos sin preocuparse más allá de su ser espiritual, y sin posibilidades de
comprender/sentir/entender el mundo que hay a su alrededor.
De
allí la importancia de la labor del filósofo en una coyuntura como la que
estamos atravesando, la vida y la sociedad se ha ido transformando de tal
manera y con tanta velocidad que no termina de esclarecerse, ubicarse, y
definirse, configurándonos en la era del vacío existencial que el mismo Viktor
Frankl denominó hace unos años en su libro “El hombre en busca del sentido”. Sin
embargo es preocupante los postulados acerca de que hoy en día estamos ante al
fin de la filosofía, por ejemplo Pacheco y Durán (2002) afirman que estamos ya
en tiempos posfilosóficos, y posuniversitarios. Para ciertas corrientes de
pensamiento contemporáneo, nosotros, los que nos encontramos hoy día aquí
reunidos, pertenecemos al Jurassic Park, especie extinta que se niega a
reconocer su “sin sentido” y su nadaidad.
Por
ende pensar una filosofía hoy es empezar a reconocer la sociedad, la
globalización, la planetarización como eventos que están sucediendo y que nos
toca vivir, hay entonces que conocer y comprender el mundo de hoy, y para eso
debemos cambiar la forma de investigar la realidad. Y todo debe darse desde la
academia, debe pensarse desde ya en que debemos cambiar la forma de observar al
ser humano, entonces podremos hacer parte reflexiva de estas nuevas dinámicas
sociales e intentar reflexionar de otra forma las problemáticas cotidianas (Lizcano,
2012). Para ello no podemos seguir sosteniendo que la filosofía es una
actividad abstracta, e imposible de comprender, ya que por sí sola la estamos
sumiendo en la exclusión convirtiéndola en una disciplina etérea, que no es
concreta y en la que no se logra ningún resultado, cuando en sí la filosofía lo
que permite es acercarnos y abordar la realidad, transformando lo cotidiano, y
resolviendo problemas humanos, como lo resalta Russell (s.f):
Por muy débil que sea la
esperanza de hallar una respuesta, es una parte de la tarea de la filosofía
continuar la consideración de estos problemas haciéndonos conscientes de su
importancia, examinando todo lo que nos aproxima a ellos, y manteniendo vivo
este interés especulativo por el Universo, que nos expondríamos a matar si nos
limitáramos al conocimiento de lo que puede ser establecido mediante un
conocimiento definitivo. (p. 98)
Para
concluir, es importante pensar que la filosofía es algo que el ser humano
siempre ha hecho, la filosofía como lo resalta Morente (2005) antes que
cualquier cosa, debe ser vivida. Por
ello la filosofía no puede seguir dando una impresión contradictoria de sí
misma, pues estamos alejando la reflexión y el pensar que de una y otra forma
hacen parte del ser humano, lo que los ubica en clara sintonía con el contenido
que guarda la filosofía. En este orden de ideas no debemos cerrarnos a otras
disciplinas, o formas de pensar, lo ideal es ir articulando la filosofía a los
hechos y problemáticas actuales, pues la filosofía también puede ubicarse, en
el fondo de la historia; como lo plantea Zea (1986) la filosofía debe asumir
plenamente su propio desarrollo y acontecer histórico como un elemento constitutivo
de sus reflexiones y quehaceres, y desde allí empezar a responder poco a poco
las preguntas, que hacen parte de esta búsqueda que hasta ahora inicia y que
empieza a perpetuarse.
Referencias
Dewey, J. (1998). Cómo pensamos. Nueva exposición de la
relación entre pensamiento reflexivo y proceso educativo. Barcelona: Paidós
Heidegger, M.
(1989). Conceptos fundamentales. Madrid:
Ed. Alianza
Heidegger, M. (1997).
Ser y tiempo. Santiago de Chile:
Editorial Universitaria
Heidegger, M.
(2005). ¿Qué significa pensar?
Madrid: Editorial Trotta.
Lizcano,
J. (2012). Investigación cualitativa de segundo orden y la comprensión de la
realidad. Hallazgos, 19, 149-162.
Morente,
M. (2005). Lecciones preliminares de
filosofía. Bogotá: Gráficas modernas.
Pacheco, M. y
Durán, N. (2002). La Filosofía mexicana entre dos milenios. México: Jornadas
Pineda, J. (2003).
¿Qué significa pensar? Y por qué Martín Heidegger es el precursor de un modo de habitar la guerra.
Recuperado en http://lunazul.ucaldas.edu.co/downloads/Revista18_6.pdf
Russell, B. (s.f).
Los problemas de la filosofía. Recuperado en http://www.enxarxa.com/biblioteca/RUSSELL%20Los%20problemas%20de%20la%20filosofia.pdf
Segovia, J.
(2011). Filosofía para pensar por la
calle. La Filosofía que nunca me enseñaron. España: Visión Libros
Warnock, M.
(1979). Existencialism. UK:
Oxford University Press
Zea, L. (1986). La
filosofía americana como filosofía sin más. México: Ed. Siglo XXI