El amor no existe, es una tormenta causada por Dios para vengarse de nuestros
sentimientos, es una tempestad hecha llamas donde no cuaja
la nieve,
el amor es un rayo, un volcán que causa sufrimiento a
todo aquel que se
atreve a desafiarlo, su mirada triste debe ser un huracán
de cumbres frías
que ha de asomar en ojos siempre yertos, a enamorar a los
muertos.
Presos de pavor y a veces melancólicos, nos hundimos en
escombros y
miserias, mientras cae el silencio profundo como un
arroyo sin salida,
como un río subterráneo, mudos y pensativos, sin atracción
alguna,
dormidos o despiertos, muertos o vivos, glorificando lo
que sentimos
como un sueño que embellece nuestra alma y la deshoja sobre
distintos
camposantos, resguardados por huraños búhos.
Juli P. Lizcano Roa
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por leerme :)