jueves, 10 de septiembre de 2020

LA FILOSOFIA DEL PENSAR (Julie Paola Lizcano Roa)

 

Largo es el camino que nuestro pensar más necesita. (M. Heidegger)

¿Puede realmente la filosofía enseñarnos a pensar?, y si así lo fuese ¿qué clase de “pensar” generaría en la sociedad de hoy tan llevada por la era de la tecnología, la globalización y la planetarización?, ¿cuál sería la tarea de la filosofía si logrará enseñar al ser humano “común” al acto del pensar? y ¿realmente son los filósofos los únicos capaces de pensar como lo dijo Martin Heidegger en su texto “Qué significa pensar”?

Segovia (2011) define que pensar es reflexionar, volver uno sobre sí mismo y buscar a ver qué se encuentra, es una llamada a la vida interior de cada uno de nosotros, algo muy difícil de hacerlo hoy en día ya que se vive volcado a las demandas exteriores. Pineda (2003) considera que pensar es crear y lo refiere más a un acontecimiento intempestivo, lejos de la plena conciencia del sujeto, distante de la razón, el pensar entonces aparece en la irrupción y nos invita a la batalla por conquistar nuevos territorios. Heidegger (1997) resalta que el pensar debe tener un carácter preparatorio, no fundante, ya que el pensar debe aprenderse con el fin de que algún día la sociedad supere el pensamiento científico, técnico e industrial, en definitiva para Heidegger constituir el ejercicio del pensar en rigor corresponde a comprender el Ser, ya que a Heidegger le interesa contemplar al ser humano no desde la perspectiva de la sociedad, la naturaleza, o Dios, sino desde su propia perspectiva, cómo se ve él mismo. Dewey (1998) en contraposición, resalta que nadie puede decirle a otra persona cómo debe pensar, del mismo modo que nadie debe instruirlo en cómo ha de respirar o hacer que circule su sangre.

El supuesto de pensar, podría considerarse que es una tarea transversal que hoy por hoy intenta dar respuestas a las diferentes problemáticas psicosociales que la humanidad está atravesando, a pesar de que la educación nos ha llevado a ser máquinas repetitivas de pensamiento (Naranjo, s.f, referenciado por Pineda, 2003). En la filosofía como tal es inevitable resaltar que pensar ayuda a despertar en el ser humano una disposición abierta para aprender a conocer, lo ideal no es convertirnos en una sociedad cargada de tecnicismos vacíos con apariencias, sin resultados ni frutos, como lo resalto Heidegger (1989) en su libro “Conceptos fundamentales”:

Eso que llamamos técnica moderna no es sólo una herramienta, un medio en contraposición al cual el hombre actual pudiese ser amo o esclavo; previamente a todo ello y sobre esas actitudes posibles, es esa técnica un modo ya decidido de interpretación del mundo que no sólo determina los medios de transporte, la distribución de alimentos y la industria del ocio, sino toda actitud del hombre en sus posibilidades. (p. 45)

En la era actual, parece ser que se piensa poco porque ahora solo se piensa con palabras y el léxico de la gente es cada vez más escaso ya que solo se alimentan de imágenes que son autorreferentes, y que se agotan en sí mismas. De allí lo que resaltaba Heidegger en la frase anteriormente citada sobre que todavía no tenemos algo digno de ser pensado, lo cual es un hecho realmente perturbador pues el escenario del pensar parece no preocuparle al hombre contemporáneo. Lo que se evidencia es que hay una ambigüedad en la forma en cómo lidiamos nuestra realidad, ya que se conocen parcialmente las cosas pero en el fondo no las conocemos, porque estamos atrapados en la forma como otras personas las ven con las etiquetas, puestas a ellas por el mundo a su alrededor (Warnock, 1979). Las etiquetas muchas veces hacen que algo o alguien se quede estático, posicionándolos en opiniones falsas que no lo llevan a desplegarse en su forma de ser como persona y mucho menos en su forma de pensar, dejándose llevar solo por los instintos sin preocuparse más allá de su ser espiritual, y sin posibilidades de comprender/sentir/entender el mundo que hay a su alrededor.   

De allí la importancia de la labor del filósofo en una coyuntura como la que estamos atravesando, la vida y la sociedad se ha ido transformando de tal manera y con tanta velocidad que no termina de esclarecerse, ubicarse, y definirse, configurándonos en la era del vacío existencial que el mismo Viktor Frankl denominó hace unos años en su libro “El hombre en busca del sentido”. Sin embargo es preocupante los postulados acerca de que hoy en día estamos ante al fin de la filosofía, por ejemplo Pacheco y Durán (2002) afirman que estamos ya en tiempos posfilosóficos, y posuniversitarios. Para ciertas corrientes de pensamiento contemporáneo, nosotros, los que nos encontramos hoy día aquí reunidos, pertenecemos al Jurassic Park, especie extinta que se niega a reconocer su “sin sentido” y su nadaidad.

Por ende pensar una filosofía hoy es empezar a reconocer la sociedad, la globalización, la planetarización como eventos que están sucediendo y que nos toca vivir, hay entonces que conocer y comprender el mundo de hoy, y para eso debemos cambiar la forma de investigar la realidad. Y todo debe darse desde la academia, debe pensarse desde ya en que debemos cambiar la forma de observar al ser humano, entonces podremos hacer parte reflexiva de estas nuevas dinámicas sociales e intentar reflexionar de otra forma las problemáticas cotidianas (Lizcano, 2012). Para ello no podemos seguir sosteniendo que la filosofía es una actividad abstracta, e imposible de comprender, ya que por sí sola la estamos sumiendo en la exclusión convirtiéndola en una disciplina etérea, que no es concreta y en la que no se logra ningún resultado, cuando en sí la filosofía lo que permite es acercarnos y abordar la realidad, transformando lo cotidiano, y resolviendo problemas humanos, como lo resalta Russell (s.f):

Por muy débil que sea la esperanza de hallar una respuesta, es una parte de la tarea de la filosofía continuar la consideración de estos problemas haciéndonos conscientes de su importancia, examinando todo lo que nos aproxima a ellos, y manteniendo vivo este interés especulativo por el Universo, que nos expondríamos a matar si nos limitáramos al conocimiento de lo que puede ser establecido mediante un conocimiento definitivo.  (p. 98)

Para concluir, es importante pensar que la filosofía es algo que el ser humano siempre ha hecho, la filosofía como lo resalta Morente (2005) antes que cualquier cosa, debe ser vivida. Por ello la filosofía no puede seguir dando una impresión contradictoria de sí misma, pues estamos alejando la reflexión y el pensar que de una y otra forma hacen parte del ser humano, lo que los ubica en clara sintonía con el contenido que guarda la filosofía. En este orden de ideas no debemos cerrarnos a otras disciplinas, o formas de pensar, lo ideal es ir articulando la filosofía a los hechos y problemáticas actuales, pues la filosofía también puede ubicarse, en el fondo de la historia; como lo plantea Zea (1986) la filosofía debe asumir plenamente su propio desarrollo y acontecer histórico como un elemento constitutivo de sus reflexiones y quehaceres, y desde allí empezar a responder poco a poco las preguntas, que hacen parte de esta búsqueda que hasta ahora inicia y que empieza a perpetuarse.

Referencias

Dewey, J. (1998). Cómo pensamos. Nueva exposición de la relación entre pensamiento reflexivo y proceso educativo. Barcelona: Paidós

Heidegger, M. (1989). Conceptos fundamentales. Madrid: Ed. Alianza

Heidegger, M. (1997). Ser y tiempo. Santiago de Chile: Editorial Universitaria

Heidegger, M. (2005). ¿Qué significa pensar? Madrid: Editorial Trotta.

Lizcano, J. (2012). Investigación cualitativa de segundo orden y la comprensión de la realidad. Hallazgos, 19, 149-162.

Morente, M. (2005). Lecciones preliminares de filosofía. Bogotá: Gráficas modernas.

Pacheco, M. y Durán, N. (2002). La Filosofía mexicana entre dos milenios. México: Jornadas

Pineda, J. (2003). ¿Qué significa pensar? Y por qué Martín Heidegger es el  precursor de un modo de habitar la guerra. Recuperado en http://lunazul.ucaldas.edu.co/downloads/Revista18_6.pdf

Russell, B. (s.f). Los problemas de la filosofía. Recuperado en http://www.enxarxa.com/biblioteca/RUSSELL%20Los%20problemas%20de%20la%20filosofia.pdf

Segovia, J. (2011). Filosofía para pensar por la calle. La Filosofía que nunca me enseñaron. España: Visión Libros

Warnock, M. (1979). Existencialism. UK: Oxford University Press

Zea, L. (1986).  La filosofía americana como filosofía sin más. México: Ed. Siglo XXI

 

 


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