lunes, 4 de enero de 2021

LA PIEDAD, DESDE JEAN J. ROUSSEAU Y JOSÉ SARAMAGO (Psi. Julie P. Lizcano Roa)



Si hay algo que he aprendido, es que la piedad es más inteligente que el odio, que la misericordia es preferible aún a la justicia misma, que si uno va por el mundo con mirada amistosa, uno hace buenos amigos.

(Philip Gibbs)

 

Tomando como base el texto de José Saramago llamado Ensayo sobre la ceguera (1995), y el texto de Rousseau (1754) “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres”, quiero realizar una analogía sobre el concepto de piedad y cómo este se ve reflejado en el texto de Saramago, y que lo haré de la siguiente forma: 1. Definición del concepto de piedad según Jean J. Rousseau; 2.  Puntos de encuentro y desencuentro entre el concepto de Rousseau y el texto de José Saramago y; 3. Conclusiones:

 

La  piedad o conmiseración para Rousseau  (1754) es un afecto primario que se encuentra en la naturaleza de todos los seres humanos, es en sí una virtud universal en el que los seres humanos son capaces de reconocer al otro como similar, es además la capacidad que tienen los seres humanos de “ponerse en los zapatos del otro”, aunque le incomoden y le queden grandes, y es una sentimiento que además es fortalecido por la razón. Así mismo, la piedad es ese sentimiento que nos lleva a socorrer al otro cuando este sufre, es también ese sentimiento que inspira a los seres humanos, y que se asemeja a la bondad, la piedad surge para afinar o aplacar el amor de sí y el amor propio, en definitiva la piedad contribuye a la conservación de nuestra especie humana, el cual lo sustenta Rousseau en el siguiente párrafo:

 

Me refiero a la piedad, disposición conveniente a seres tan débiles y sujetos a tantos males como nosotros somos; virtud tanto más universal y útil al hombre, cuanto que precede en él al empleo de toda reflexión, y tan natural que los mismos brutos[1] dan de ella algunas veces señales evidentes. (p. 75)

 

Teniendo en cuenta el párrafo anterior, en el texto de Saramago (1995) se encuentran actos de piedad o conmiseración, ejemplificado de la siguiente manera: “Le pido perdón, fue mía toda la culpa, no tenía por qué hacer lo que hice…” (p. 69). Sin embargo, ¿qué sucede cuando el amor hacia los demás se debilita, convirtiéndose en amor propio?, según Rousseau (1754) el amor propio es el origen de la degeneración de los sentimientos naturales, es decir el amor propio silencia a la piedad, allí entonces la miseria del pobre, la muerte de un semejante o el desastre del prójimo dejan de conmover a nuestra piedad cuando la razón comienza a dar argumentos que justifican dicha indiferencia y que de alguna forma se ve representado en el texto de Saramago (1995): “Cómo irá la pierna de ese, se preguntó, pero sabía que en ese momento no se trataba de compasión, lo que quería era fingir preocupación”(p. 64). Parece ser entonces, que los intereses que anteriormente giraban en torno a los otros, empiezan a inclinarse hacia sí mismos, encegueciendo a toda la humanidad, creando el caos, provocando guerras, asesinatos, envidias, etc., cito a Saramago (1995): “No quiero creer que esté ocurriendo esto, va contra toda regla de humanidad” (p. 71); “No basta con que estemos ciegos, es como si nos hubieran atado de pies y manos” (p. 78).

 

En contraposición a lo anterior, no cabe duda que la piedad en sí, es un factor indispensable para la especie humana, porque quizás sin esta, nuestra especie hace mucho tiempo se hubiese extinguido, aquí surge esa repugnancia de la que nos habla Rousseau  (1754) en su texto, porque a pesar de cualquier circunstancia que el ser humano este viviendo, sentirá compasión por los infortunados, es un sentimiento que al ser universal es irresistible, teniendo en cuenta que para ello no es necesario tener un vínculo afectivo hacia el otro; y Rousseau  (1754) lo sustenta y ejemplifica en el siguiente párrafo:

 

Resulta que la piedad es un sentimiento natural que, moderando en cada individuo la actividad del amor propio, concurre en la conservación mutua de toda la especie. La piedad impedirá al robusto salvaje quitar al débil niño o al viejo enfermo la subsistencia adquirida con trabajo, si espera hallar la suya en otro lado. (p. 78)

 

Respecto a lo anterior, en el texto de Saramago (1995) se ve representado cómo los ciegos se ayudan mutuamente para poder sobrevivir en el contexto en el cual se encuentra inmersos, y del cual no pueden liberarse a menos que sea por su propia muerte, Saramago (1995) representa muy bien este argumento en su texto de la siguiente manera:

 

Los buenos y los malos resultados de nuestros dichos y obras se van distribuyendo, se supone que de forma bastante equilibrada y uniforme, por todos los días del futuro, incluyendo aquellos, infinitos, en los que ya no estaremos aquí para poder comprobarlo,  para congratularnos o para pedir perdón, hay quien dice que eso es la inmortalidad. (p. 86)

 

En conclusión, la piedad según Rousseau  (1754) trasciende todas las situaciones humanas, no importa cuán “malvados” seamos, siempre habrá algo que nos hará sentir culpa y piedad por ese otro que esta al frente de nosotros y que sufre, desembocando así actos de beneficencia; el piadoso entonces, no solo siente pena por el otro, sino que realiza actos para contrarrestar dichos sufrimientos, y que definitivamente se vio reflejado en el texto de Saramago (1995). A su vez el amor propio no aleja el amor hacia los demás, parece ser entonces que el bien particular, también está determinado por un bien común que se ve representada en la piedad o en la conmiseración por los que nos rodean, ¿No sería este un buen camino, en búsqueda de esa felicidad y libertad tan anhelada que solo la virtud de la piedad podría ofrecernos?

 

 

Referencias

 

Rousseau, J. (1745). Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres. Buenos Aires: Aguilar.

Saramago, J. (1995). Ensayo sobre la ceguera: págs. 64-101. Bogotá: Santillana



[1] Animal que escoge, rechaza y obedece por instinto. No tiene la capacidad de decisión, ni elección y es incapaz de perfeccionarse a sí mismo.  (Rousseau, 1754) 

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