Sé que pensaras que todo lo que estoy diciendo se parece más a una utopía estúpida, cuando todavía sientes la pesadez pasear por tu cuerpo, y ves como el dolor acaricia cada una de las falanges de tus dedos explorando como kinesiólogo la quietud de tus movimientos en esos días en que eres incapaz de levantarte de la cama mientras el fragor de los días se humedecen con la lluvia granizada donde innegablemente sufres y sientes tu tráquea pegada a la garganta. Oyes al silencio hablarle a los espejos adhiriéndose a otras consciencias y arrastrando tus alas avejentadas que huyen como hojas al son de los vientos tan misteriosamente indelebles que se te sube el llanto a la cabeza. Te sientes frágil y mediocre, tienes miedo a ser un desvalido y un torpe, incapaz de comprender los sentidos de la vida. Estas envuelto en la angustia y suspendido en el tiempo. Sueñas con que algo o alguien exciten tu imaginación, tu ingenio o tu brillantez; pero te asustan tus palpitaciones al ver que la felicidad quizás toque a la puerta y entonces, huyes al encierro que despiertan los horrores de tus días, resucitando el cadáver actual que se niega a vivir nauseabundo ante la existencia. Al final simplemente eres una represión, una contención y una máscara triste en un abismo entre tus pensamientos y deseos cuando deberías contentarte con ese deseo lejano y profundo de aceptar suavemente la efímera realidad que te rodea. Seguro haz de esperar la autodestrucción que te liberara de los sacrificios inútiles intentando encontrar una ruta que te saque de la profundidad del océano y de estas tierras rodeadas de llamas, donde una comedia inútil se prepara para empezar.
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Gracias por leerme :)