viernes, 21 de febrero de 2014

CARTA Nº 11





Cuatro días he pasado sin escribir una sola palabra, la vida está tan abarrotada de cosas que a veces es difícil distinguir la noche del día. 

Quiero decirte que me han llegado algunas fotos tuyas ayer y un poema que devore hasta la madrugada. A veces siento que no soy digna de tu amor, realmente no soy una mujer fuerte para gustar de los placeres y dulzuras que tiene la vida, y por favor no me menciones la felicidad, porque los recuerdos me hacen sufrir, ni me menciones la esperanza y la Paz, de esas que sienten las aves cada vez que están en el cielo. Ojala pudieras verme ahora, para mostrarte las cenizas que la tristeza ha dejado en mi corazón, empero cada vez que leo tus cartas, te conviertes en ese instante en el sol que alumbra mi alma, que hace que las siluetas de mi corazón se abran como una rosa cuando abren sus pétalos mirando al firmamento. Desde que estoy junto a ti amor mío, siento que volví a nacer, siento que los dioses me miran desde lejos a través de tus ojos negros hechos fuego, ahora mi espíritu no está vacío de afecto.

Porque eso amor mío, es a lo que yo llamo Amor, ese que canta en nuestros silencios profundos, aun estando en el abismo de la tristeza, y la soledad. Y cuando sonreímos, el amor alumbra nuestras noches, y nos libera de nuestras cadenas, solo cuando nos sentimos amargados y desesperanzados. Y a veces la juzgamos mal, y hablamos de ella sin ni siquiera conocerla, pero solo cuando hay amor, el alma es capaz de vagar por lugares desolados sin caer de rodillas frente al mundo que la atormenta. El amor es profundo, y aunque parezca lejana siempre está cerca, convirtiéndose en el otoño y la primavera de nuestro espíritu.  Y cuando ella canta, los sordos la escuchan y los ciegos la presencian, quedando atónitos y cautivados de su esplendorosa belleza, y la siguen maravillados y conmovidos. 

Perdóname amor mío, por estas letras que acabo de a escribirte, pero es lo único que tengo para darte esta noche, y no creas que me he abandona a mí misma, pero a veces la vida te cuestiona tanto que caes en un abismo derrochador de desesperanzas ilusorias. Cuento y marco los días de mi calendario para verte.

Con cariño, Manuela Zimmerman.
Euterpe ©- Cartas de Manuela Zimmerman. 

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