domingo, 9 de febrero de 2014

XX.



Fred estoy muy triste hoy. He estado muy agotada últimamente como para sentarme a escribir y hasta hoy he intentado retomarlo, tu sabes que esa es mi única forma para decirle al mundo que "estoy existiendo aún". Me vi con Oliver en el parque Nacional hace unas noches mientras pensaba en cómo nacen las estrellas cada vez que el sol se encuentra en la otra parte del Mundo donde yo desearía estar. Me pregunto cómo hubiese sido yo si hubiese nacido en otro lugar lejano e inhóspito; me pregunto sobre qué escribiría; me pregunto si tu existirías también. 

Ahora estoy en un parque llamado el Virrey, me gusta ver la gente pasar acompañada de amigos, perros, familiares y me pregunto si serán felices, me pregunto qué se sentirá ser ellos en su soledad de las noches. Vi también a una monja pasar y me pregunte también sobre cómo será estar con Dios de la forma en que ellas logran estar con él, me pregunto si no desearan ser sacerdotes o sacerdotas (como sea que se diga), al fin y al cabo si lo pensamos los actos de Jesús, son actos que  cualquier mujer podría ejercer como: sanar al enfermo, orar, predicar, hacer votos de castidad, etc. Fred y si yo fuese monja, ¿creería más en Dios?, quizás él dejaría de ser una ser tan hiperbóreo, como la luz al final de un túnel que no puedes recorrer, porque es de esos túneles que unen la vida con la muerte. 

Fred, tú conoces a Dios?,porque tu no eres de aquí y los dos lo sabemos, así como Oliver y Greg. Me gustaría que algún día habláramos de Dios.  


¿Sabes? Me gusta este parque, muchos mundos, múltiples lenguajes, infinidad de historias y caminos para recorrer. Me gusta cuando estás conmigo Fred, aunque seas invisible a los ojos y oídos de otras personas, me envidio por ello. 


Euterpe © - Voces alucinadas 

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