domingo, 16 de marzo de 2014

MISANTROPOSIS


Deseo no volver a salir de casa, para no tener que verle la cara a toda esa manda de idiotas que andan por las calles, corriendo de una lado a otro para que el bus no los deje, o el puto trasmilenio no les cierre la puerta en la cara. Luego tener que llegar a cualquiera de sus destinos para decirle al idiota que tiene al frente: “Buenos días, que maravilloso día está haciendo hoy”, mientras por dentro te cagas de la puta melancolía, pensando en tu maldita noche de insomnio y de las lágrimas que derramaste sin saber por qué. 
Si eres un joven con “oportunidades”, sales al colegio o a tu universidad creyendo que algún día el estudio o tu carrera te dará dinero para vivir mejor y tener más de lo que has tenido; y si eres un pinche adulto llegas al trabajo como cualquier día, sin darte cuenta que los de arriba del organigrama, se cagan sobre ti cada día de tu existencia. Pero, ¿Qué decir de aquellos que no tienen que llegar a cumplir con un puto horario?, de esos que trabajan en la calle, o de esos que se suben y bajan de los buses, para que algún marica les de dinero, mientras por dentro sienten lástima de sus propias vidas: “Pobre ciego, que bueno que yo puedo ver”, “pobre mujer, la tiene peor que yo”, “pobre anciano, debería ir a quejarse con el gobierno”, “pobre man, perdió los dientes por la droga” y en estas situaciones no se salva ni el cojo, ni el manco, ni el bizco, ni el parapléjico, ni el boquete, ni el desplazado, ni los músicos…y así sucesivamente, e indefinidamente. Ah! pero eso si, no me jodan con sus paros de mierda, que no sirven para nada, y menos cuando lo quieren todo regalado, hasta allá tampoco. 
Y los de estatus altos (discese de los estratos 5 y 6), imitan estar trabajando mientras piensan cómo gastar su pobre sueldo millonario, o cómo ganar más sin tener que hacer el menor esfuerzo, manteniendo así su estatus quo, hacen viajes cortos unas cuantas veces al año (no a Melgar, Mesitas del colegio, Anapoima, Girardot, como la gente normal; o a menos que allí tengan una lujosa finca, a la cual van una vez al año), sino “pequeños” viajes al Asia, África y Europa; y además de eso son maravillosamente modestos, y amarrados (porque temen perder sus centavitos), ¿irónico, cierto? Si supieran, o quizás tuviesen la mínima idea de que hay familias en nuestra patria en que con un mínimo la comida alcanza como sea para tres, seis, diez personas, incluso para sus perros, que en la mayoría de veces son más de dos. Y me vale culo sus fundaciones de mierda, porque las problemáticas seguirán arrastrando más abajo a las minorías. 
Si, mis queridos lectores, esto se llama REALIDAD, les presento una parte de ella. La vida no es esa que ves todos los días sentado en tu carro, o en tu cama lujosa viendo la televisión, ni detrás de tu auto de vidrios blindados mientras tu guardaespaldas conduce por estas cagadas calles. Invito a que recorras esta podrida ciudad para que te des cuenta de lo injusta y desbordante que es la existencia, y así  dejes de repetir como borregos: “Así es la vida”.
hum! que bueno que la mayoría olvida que el suicidio es existe. 

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