El caos de la sociedad actual es tan desmesurado que frente a nuestros ojos vemos cómo se desmoronan los cimientos de los principios que regían nuestras sociedades pasadas, y vemos cómo desde las capas más profundas se alzan viejos aromas donde la pobreza llena con nostalgias los ideales de las nuevas generaciones que se preparan injustamente a afrontar el caos cuya realización no parece posible. Somos cómplices del desarraigo, de la falta de memoria histórica, de la doble moral, del capitalismo y su individualismo; somos una sociedad solitaria, heredada en el acabose de las viejas generaciones que se aglomeran en culturas terriblemente populosas, donde no se disipa el amor por el otro y el compañerismo. Nunca había vivido en una época tan ilusoria como la nuestra. Y definitivamente no podría ser de otra manera, especialmente cuando la noche se asoma bajo la linterna de la opresión y el fanatismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por leerme :)