Así son los paisajes azules primavera que marcan el cielo con tu sonrisa y en las noches, mi silueta es alumbrada por una luna imaginaria donde renacen mariposas fosforescentes que parecen cortadas a la medida de nuestro amor. Ha llegado la hora de dejar de prometernos cartas vacías, y de elegir algún camino, pues navegar es lo que quiero hacer contigo; embellecer los recuerdos, vivir por ellos, y morir por ellos. Supongo que el viento nos complacerá, tu sabes que la vida es frágil, silenciosa e inagotable como los sueños y yo soy demasiado joven para pensar en el futuro. A fuerza de querer suscitar estos hechos, debemos encontrarnos en la nube que con el vuelo de las aves suele escoger el rumbo de los hombres que caminan sin superficies claras e ideológicas concebidas por la propia existencia. Me interesan aquellas nubes con alas asignadas por Dios para escoger el rumbo de los hombres silenciosos que cuestiona la vida con humor, de ese que le falta a los sabios y a los pobres de corazón.
Es cierto que no retornaremos, leeremos y escribiremos libros que hablarán de nosotros y de nuestras aventuras, llegaremos a la vejez solo para contarle al mundo, que el amor eterno si existe y que vivir en la cima de una montaña sin pensar en que hay más colinas por recorrer como lo decía Mandela también es posible, al fin y al cabo amor es lo que nos sobra.
Nos vemos mañana a las 11 pm, estación 13, puente 7.
Te gusta caminar de noche, ese es mi regalo.
Con cariño, Manuela Zimmerman.
Euterpe © - Cartas de Manuela Zimmerman.
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