viernes, 10 de enero de 2014

IX. Carta Nº 2




He pasado tres días sin escribirte, y han sido los peores días de mi vida, es que necesito tanto de ti. Quiero decirte que en estos días me he perdido en la voz alucinada del alcohol y la marihuana, ayer estuve con un tal Ed, pero me di cuenta después de haber hablado con él 5 horas, que era un árbol de esos tantos que hay en el Parque Nacional. Y entonces, cerré los ojos y quede sumergida en un gran humo de desesperanza, lloraba sin parar y sentía como la tristeza se localizaba justo en mi estómago, allí donde la ponzoña del amor nos hace trizas, y Ed me decía, ven amor mio, acércate, déjame acariciarte por un rato, déjame escribirte un poema con mis ramas sobre tus senos, ven acércate un poco más, que la vida dura poco, pero el dolor toda una eternidad, ven déjame abrazarte un rato, ven hablemos de nuestros amaneceres bajo la lluvia de noviembre, ven no tomes tanto, ¿sabes? me encanta esa blusa que traes esta noche, pero de repente me dieron ganas de cortarme las malditas muñecas, ganas de desangrarme allí en el Parque Nacional mientras Ed me hablaba de los perros que lo orinaban cada vez que se le acercaban, y entonces sentí pena por él, nos abrazamos, le di un beso de esos que no tienen mucho significado y partí a casa. Llegue con la noche sobre mis parpados, aun cuando el sol no se vislumbraba en la ventana de la sala, y me sentía triste, así que me fume otro cacho de marihuana, luego escribí tu nombre en un  papel dándole un beso a la hoja para dejar la marca de mis labios, con ese colorete rojo que a ti tanto te gusta, lo puse sobre mi almohada y dormí sintiéndote el resto de la noche a mi lado, y es que mi soledad es tan grande amor mío. Por eso te pido, que por favor, no me olvides. 

Con Cariño, Manuela Zimmerman. 

Euterpe © - Cartas de Manuela Zimmerman.

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