Llorar, desaguar el alma,
el vientre, el pecho. Descongelar la ponzoña propia de ese existencialismo
barato que se transmite por los caños del deseo; la porquería expuesta que no sirve de cebo. Lo intangible, la soledad, el vacío, el sofismo y el
libertinaje. La luz de los ciegos, la razón, las lágrimas del medio día y el
correco. Lo absurdo y la barbarie de los que nos odian versus los que nos aman
en todo resplandor de dicho vocabulario.
Carlotta de Borbonet ©
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Gracias por leerme :)