El hombre ha nacido libre y por doquiera se encuentra sujeto con
cadenas. (Jean-Jacques Rousseau)
Quiero iniciar este ensayo con el siguiente
cuestionamiento, tomando como base el texto de Rousseau (1754) llamado “Discurso sobre el origen de la desigualdad
entre los hombres”, y a la cual
intentaré dar respuesta: ¿Puede ser la sociedad misma el origen de los males
del ser humano y la cual es capaz de corromperla?
Rousseau (1754) en su texto distingue dos tipos
de estados, uno al que va a llamar “estado
natural” y otro al que va a llamar “estado
civil”, allí él realiza una distinción donde resalta que el estado natural
es ese aquel donde podemos presenciar la naturaleza propia del ser humano,
libre de las cadenas impuestas por la sociedad, allí las personas son seres solitarias,
instintivas, que no ambicionan posesiones, pues la naturaleza es abundante y
ofrece todo lo que ellos necesitan, los seres humanos que conviven en ese
estado natural, no son ni buenos ni malos, son seres nobles y piadosos entre
sí; sin embargo, pero pareciese ser que cuando los seres humanos se dieron
cuenta que podían dominar su propia naturaleza, empezaron a surgir sentimientos
de envidia y ambición, y así poco a poco se empezó a conformar el estado civil,
donde rige la desigualdad y el oprobio, substituido por un orden social, basado
en ideas de derecho y leyes, en definitiva una sociedad basada en
clasificaciones como el poderoso y el débil, el rico y el pobre, extinguiéndose
así el estado natural.
Teniendo en cuenta lo anterior, parecer ser
entonces que la sociedad misma ha contribuido a la progresiva desconfiguración
de esta, generando cambios graduales, influyendo en diversas transformaciones
que los han dirigido a generar fuertes diferencias, por ejemplo: cuando no se
promueve el bien común, cuando se está sometido a las leyes, cuando hay
personas que subyugan a otras, cuando la
ambición promueve la guerra entre naciones, cuando las leyes no son fomentadas por magistrados virtuosos, y
cuando no se promueve el bienestar, la libertad, ni la felicidad, que
finalmente se traduce en la famosa frase
de Rousseau: “El hombre nace bueno y la
sociedad lo corrompe”. Eso que llamamos progreso y evolución hoy, son
precisamente acontecimientos que determinaron el rompimiento o la separación
con el estado natural. Rousseau (1754) nos muestra en su texto que existe en
los seres humanos de la sociedad civil una relación artificial donde se ha
perdido toda libertad que parecía ser propia del estado natural, y para
recuperar dicha libertad se debe crear una república en donde se reformen las
bases sociales, y se promueva la igualdad. Sin embargo, han nacido repúblicas
que se ven envueltas por la intolerancia, donde predominan sentimientos de competencia,
envidia y desconfianza; la felicidad entonces parece ser un objetivo inalcanzable,
citando a Rousseau (1754): “La naturaleza
ha hecho al hombre feliz y bueno, mientras que la sociedad le deprava y le hace
miserable” (p. 12). Es aquí
donde Rousseau propone el contrato social entre los individuos y la sociedad,
con el fin de armonizar la convivencia humana, estableciendo así leyes que han
de ser aplicadas por igual a todos, debido a que el estado en sociedad lo que
hace es llevar a los individuos a la corrupción y al vicio, no a la libertad de
pensar y opinar. En definitiva, existió una insistencia por parte de Rousseau (1754)
por una participación más activa del pueblo y de cada uno de los ciudadanos en
los asuntos del estado, hasta el punto de darles oportunidad a los individuos
de participar en dichas decisiones, con el fin de que algún día se pudiese
eliminar los extremos que existen entre los pobres y los ricos, así como su
ideal de establecer una mayor igualdad entre todos, en definitiva lograr eso que se llama consenso, porque es desde este concepto que podremos hablar de lo
que se conocemos actualmente como democracia participativa; y como lo diría
Rousseau: “La igualdad de la
riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda
comprar a otro, ni ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse”.
Finalmente, hoy por hoy el texto de Rousseau
sigue teniendo gran influencia en la filosofía, la política, la sociología, en
sociedades donde se continúa denunciando la desigualdad, donde se sueña con
sociedades justas, donde se desea que se fomente el respeto por los derechos
humanos, igualdad entre los menos favorecidos; incluso actualmente existe un
interés fuerte por ostentar la inclusión de las personas con características
sexuales diferentes, aquellos que profesan y no religiones que van en contra de
las masas, aquellos quienes padecen enfermedades
sexuales o genéticas, aquellos que tienen problemas mentales como el autismo, el
sindroma de Asperger, retraso mental (RM), retraso del desarrollo,
esquizofrenia, etc. en los diferentes contextos en los cuales estos estén
inmersos, sin embargo trayendo a Rousseau a la actualidad, y teniendo en cuenta
sus postulados, deseo cerrar el texto con los siguientes cuestionamientos: ¿qué
tan utópico podrían ser estas ideas en una sociedad multidimensional y
abarrotada por la tecnología como la actual? y ¿sigue la sociedad manteniendo
la desigualdad entre los individuos o es la nueva era de las tecnologías que
han hecho que la sociedad misma evolucione generando otro tipo de problemáticas
en donde la sociedad misma ha empezado a crear otro tipo de estados, quizás una
estado “technus” ?
Referencia
Rousseau, J. (1745). Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres.
Buenos Aires: Aguilar.
Juli P. Lizcano Roa