lunes, 30 de junio de 2014

CARTA Nº 21



A veces creo que mi feminidad está determinada por la necesidad de tener un hombre a mi lado. Y cuando no estas junto a mí, siento como si yo por un instante desapareciera de la faz de la tierra, y entonces creo que de alguna forma estoy desperdiciando mi juventud, y mis esfuerzos por recuperarme es menester de una tarea profundamente espiritual, que empeora en mis periodos de total caos y ausencia emocional. Cuando creo sentirme segura, es decir cuando te leo de alguna manera o estoy junto a ti, mi cuerpo reacciona pavorosamente a tu cercanía afectiva que hace deshojar esta dualidad que se rebela justo cuando nuestras almas se encuentran desnudas, una junta a la otra. 

Yo aspiro que mis dotes literarias, así como las tuyas nos permitan seguir encontrándonos en letras, y así acortar la distancia que hoy nos separa indescifrablemente; quiero pensar que no erre en la elección hoy de mis palabras, y que espero no temas de esta trágica descripción de una mujer inmadura que es absorbida por la aridez de la noche oscura que traspasa justo por las cortinas de su sala. Solo deseo que conozcas mis inquietudes y mis angustias, que son excesivamente desesperantes, siento culpa ahora, y no quiero pensar en lo que sucedería si tú te apartaras de mi lado, yo sigo soñando contigo cada día, eres mi delirio y mi mayor consuelo. 

¡Dios mío! no sabes cuánto te necesito, deseo saciarme sobre tu cuerpo y no desearte más, pero todo esto es evaporado por la distancia y tu ausencia. Aspiro profundamente a que el tiempo me dará las respuestas, y me devolverá tu cuerpo intacto que tanto extraña mi ser. Creo que jamás desearé apasionadamente a hombre alguno que no seas tú, y quiero que lo comprendas. Me dormiré con la sensación plena y con una lucidez implacable, pensando que mis letras te harán compañía, al fin y al cabo ¿qué es un puñado de letras en un corazón desahuciado? Por ahora solo me queda seguir aceptando la distancia, espero que me sigas escribiendo.


Con cariño, Manuela Zimmerman

sábado, 28 de junio de 2014

Morir quisiera.



Aquí estoy exhausta
orando en el rincón de mi 
cuarto, mientras abrazo el 
retrato triste de mi madre.
Oigo a lo lejos hablar a mis
pensamientos y el llanto 
de un niño invoca un adiós
que sepulcro mis sentimientos. 
No puedo llorar esta gran miseria, 
y siento un grito enterrado justo 
en el centro de mi pecho, ¿Hay 
acaso un poema que sirva para 
desahogar mis penas? ¿Hay 
acaso un cuerpo capaz de 
soportar esta gran tristeza?
Me hablan voces que en el 
infierno habitan, ¿Cómo hacerte
entender que ya no soporto 
más esta desdicha? 
Yo morir quisiera, 
para darle fin a esta solitaria 
procesión que me arrastra 
por la bruma indescifrable
del sufrimiento. 
¡Yo morir quisiera!
¡Yo morir quisiera!

LIX



No necesito que me regales el cielo y las estrellas para demostrarme cuanto te importo, ni que me hables del amor platónico que se encuentra entre los libros, ni que hagas promesas que sé que ya no cumplirás conmigo. Probablemente de todos nuestros sentimientos lo único que nos queda es el olvido, fuiste mi esperanza y ahora solo eres el recuerdo inamovible que precede en mi memoria, sos inseguro, y lo sabes, ahora entiendo porque estas solo. Quiero que entiendas que es tarde, me has perdido, nunca te diste cuenta que lo único por lo que luche fue en abrir mi corazón para que entraras, pero ahora sé que ya no estás dispuesto a descentrarte, ni mucho menos a descubrirte, eres como esos hombres insaciables y temerosos, que pertenece a la vida evitándola. Ahora, solo nos queda decirnos adiós, porque ya no eres el presente que deseo arriesgar por un futuro.  

Presagio silencioso


En la intemperie amanece
un presagio silencioso para
aquellos que reclaman el 
consuelo del cielo, y así 
evadir el grito mudo que 
caerá en salpicadas como 
palabras ocultas donde 
deambula preñada la luna.
Sentada frente al espejo
muere la noche que fracasa 
en el auxilio del olvido que
disociada ruge como una 
bestia en jardines desnudos 
de instantes insufribles
traspasando la existencia 
incapaz de abandonarse en 
lo ajeno. 

Euterpe ©

viernes, 27 de junio de 2014

Y si tú.



Mi alma se desgrana como
un eco que se disuelve 
destapando calvarios
en un bar donde escribí 
sobre su silencio. Fuimos 
dos pétalos dulces 
ahuyentando miedos para 
cuando el desamor nos 
apartara. Yo, escritora
 de ecos vacíos me 
abandonare en vos, 
pues somos el principio 
del hoy y la otra 
orilla del mañana. 
Euterpe ©

jueves, 26 de junio de 2014

Camino al cielo


Dime por favor, que puedo abandonarme 
sobre tu cuerpo, que un suspiro tuyo me 
hará regresar el alma al cuerpo, que dentro
de tu pecho encontraré al sol ordenar tus
sentimientos, que sobre tu piel traspira y se
alejan los miedos, que bajos tus parpados se
derraman lágrimas donde flota el sufrimiento,
que sobre tus labios el amor anida en palabras 
y silencios, dime por favor…
que he encontrado el camino al cielo. 
Euterpe ©

miércoles, 25 de junio de 2014

El último suspiro




Lleno de sauces los días
se enraízan en el tiempo.
Arrojado estoy en el abismo,
guíame Dios sin temor por 
estas tierras abruptas donde
el sol a chocado con el suelo.
Voy de camino a la abolición
de mi cuerpo, donde una
esencia desgastada comprime
mis nervios, castigando a la
culpa que se haya anudada
en las ramas de mi pecho.
Si se me diera el permiso de
recoger lo roto y lo llorado,
se paralizaría el tiempo al
ver al poeta arrodillado sobre
el suelo tratando de recoger
con sus manos, los días y las
noches que él mismo ha
desperdiciado. En este poema
de muertos, un verso de Vallejo
sería el último esplendor, que
daría fin a su sufrimiento.

Euterpe ©

martes, 24 de junio de 2014

FULANA



Frente al puente camina una mujer
desnuda, y al fondo del gran horizonte
se marca su figura esbelta, que atada a 
los prejuicios, mira con firmeza las 

magnolias que se acentúan por su vientre.
Ella es una dama sumisa, caprichosa,
inquieta y amable, que incita a navegar
a los hombres hacia distancias imperceptibles
donde ya ha medido los pasos, aguardando
con la mirada entre las noches apagadas,
para así vencer la cumbre del tiempo.
Agarrada a su sombra a tientas va rezando
dentro de un manantial de lunas, respirando
hondo y con los brazos abiertos permanece
sobre la mar desnuda mientras él
apasionadamente rasga la gruta de su
deseada feminidad, el corazón palpita
suspendido quebrando su nombre entre
trémulos astros.Las horas pasan la última
costa y ella, allí bajo las sabanas rompe en
llanto, cuando su esencia incógnita reclama
una vida donde el sexo sea un material del
amor y no del dinero, en tonada de espumas
pasa el tiempo y el ritual vuelve a empezar. 

lunes, 23 de junio de 2014

Escribir para no morir.


Escribir para mantener los sueños
vivos,
escribir para recordar lo perdido,
escribir para curar las heridas,
escribir para soñar despierto,
escribir para llorar lo incierto,
escribir para respirar cuando se nos
ha acabado el aire,
escribir para hablar en silencio,
escribir para amar sin compañía,
escribir para darle paso a los 
pensamientos y recuerdos,
escribir para poder ver los miedos,
escribir para recuperarte de tus noches
de insomnios,
escribir para romper las barreras del 
tiempo y la distancia,
escribir para reconstruir el olvido,
escribir para sentir lo no sentido,
escribir para hacerle caso omiso a
la muerte y al suicidio,
escribir para llenar los renglones vacíos,
escribir para reavivar lo no vivido,
escribir para secar las lágrimas derramadas,
escribir para componer canciones y
dedicarlas al cielo,
escribir para deshojar los rincones de tu 
alma,
escribir para cultivar la vida,
escribir para darle paso a la locura,
escribir para hacer del Dios invisible visible,
escribir para resplandecer los horizontes
baldíos,
escribir para renacer cada vez que sientes 
que mueres vivo,
escribir para poder encontrarte a ti mismo,
escribir para recordar la infancia y darle 
paso al futuro,
escribir para reencontrarse con los que ya 
se han ido,
escribir para enterrar lo que te ha endurecido,
escribir para diferenciar el paraíso
del infierno,
escribir para comprender la existencia
y sus vicisitudes,
escribir y,
escribir y,
escribir para no morir.
Euterpe ©

A solas



Estando yo a solas
una rima rompió en
llantos de guitarra
entre sonatas que
pueblan trovas de
versos mundanos
donde el silencio 
con ganas de callar
mancillo la vergüenza
encarando con honra 
la falsa historia que
tendida sobre el suelo
estribo el alma en
señal de penitencia.


Recelo




Duerme frágil y desnuda

entre cirios de oro, dejándose 
caer despacio por el sueño 
profundo que olvidada
retuerce sus labios entre 
acaricias que destrozan su
aristocrático carisma.
Enloquecida acepta el 
sacrificio que en un grito 
suplicante consume el 
tiempo vertiendo amargas 
gotas, divagando sobre la 
calma que la hace hundirse
en el fondo de su pecho
donde con desprecio
huye aterrada sobre 
ensueños celestes que
agrietan su piel donde la
graciosa alegría permanece 
inmóvil entre árboles retorcidos
que rasgan la aurora de la 
mañana que aspira y suspira 
sin recelo. 

domingo, 22 de junio de 2014

Amor envejecido



Sara Herranz Illustration

Más allá del horizonte,
un rascacielo se
estremece en la
oscuridad, donde
llora en silencio
un anciano que
nadie recuerda.
El viejo de ojos
color gris plata
dormita sobre la
marea donde
libremente cobija
en su pecho la
aurora de ignotos
vacíos. Rumbo al
poniente su hermosa
esposa llora a la
penumbra de una
noche de alcohol y
marihuana. Con su
mirada lejana la
muerte enloquecida
danza muda y
esquiva frente al
aullido desde las
ciegas llanuras.
Sus pechos serenos
y felices brillan
temblorosos por la
turba niebla que
ciñen su tenue y
alada feminidad.
La lluvia lava su
cuerpo, sobre las
aguas saladas del
mar que la invocan
a su hundimiento,
minutos después
su desnudez cae
al fondo del agua
donde un dios
onírico la sumerge
al infinito de un
mar que lleva su
nombre. La tenue
mujer se marcha
y tras de ella,
también desaparece
el ebrio sol que
cubría el arrugado
cuerpo de su
marido anciano.

Euterpe ©

sábado, 21 de junio de 2014

Notas de un hombre sin misterio


En los aires revientan
los chasquidos tristes
donde la soledad forma
tormentas dolientes 
que rasga en suspiros
las voces extinguidas
llenas de abismos que
contesta con frías y
mudas palabras.
Entre el hondo silencio
la muerte piensa
revelando mensajes
oscuros, donde voces
gritan con amargura
rítmica quejidos que
desnudan los vientos
otoñales, fatigando el
sueño de quien lucha
por su vida. Sólo un
acaso, tenue y mojado
en sueños pasados
y glorias idas lograrán
que su corazón palpite
de nuevo. Disperso en
la ruta de sus quebrantos
ha quedado yerto y
taciturno, arrastrándose
temeroso por húmedos
pantanos, dejando tras de
él, la eterna ausencia
que lo arrastraron con
fuerza por las más largas
noches insomnes y
desnudas, donde pájaros
sin alas intentaron 

arrullar sus sueños.

Euterpe ©

viernes, 20 de junio de 2014

El soliloquio del olvido



Quisiera no ahogarme entre letras,
cuando mi alma se siente encerrada
bajo el ataúd incierto del tiempo. Y 
antes de morirme, juro que lanzaré 
mis versos al cielo, donde suplicaré 
perdón y condescendencia. Ya he 
visto a la muerte salir de los escombros 
como un reflejo sentenciando a mi silencio 
donde se esconden mis más mansos 
secretos que arden bajo el fuego de grietas 
donde el dolor pulula. He llorado escribiendo 
este poema, donde las solitarias calles 
acompañan mis pasos tambaleantes que
sin querer entierran mis pequeñas lágrimas
en homenaje a mi corazón herido. 
Hoy me faltan fuerzas, me tiembla la 
respiración y mis manos se duermen al
escribir. Es tiempo de lanzar mi alma
desde las alturas, donde la nada 
se alegre de recibirme. 

El mundo es pequeño.



Las montañas cantan en silencio 
los gemidos del aire, donde un cuerpo 
sigiloso sacude el cielo rasgando las
estrellas que brillan bajo una urna de
lodo, donde viven pájaros tristes.
Sobre la madrugada, las sombras
persiguen los sueños estancados 
que dentro de un bostezo, narran la 
quietud de su alma arrinconar el silencio 
junto a pequeños animales, mientras
despacio el olvido se detiene en su 
marcha de hambre y misterio.
Hoy basta un murmullo para florecer
los ocasos donde la vejez del tiempo
abre las puertas al mundo para
gritar su nombre. 

jueves, 19 de junio de 2014

El lenguaje del poeta



La tarde galopa confusamente sumergida 
a la espera de sueños angustiados y torvos,
donde la corriente profunda acecha sobre el 
remanso umbrío mirando silenciosamente su
palpitante olvido, cuyos párpados esconden 
su arrullo hondo, pausado y distante con temor
a decir su nombre. Inclinando las turbias noches, 
de libros olvidados y de lecturas oxidadas se aferra 
el artista, mirando al cielo invadir sus recuerdos de 
poemas silvestres, donde llora afligido intentando
darle tregua a su dolor, deshaciéndose de las dagas 
invernales que no hallan la anestesia para sanar las 
heridas que se encuentran justo en el centro de su 
corazón. La niebla borra el estío, que predica el fin 
del mundo, donde los días disuelven el esplendor 
y la miseria, allí retoña entre las nubes con sus 
sombras vacías que deshojan la melancolía en 
sueños, donde tú eres mi mayor desconsuelo. 
Despojado de poemas roncos se perfuma el 
tiempo de adioses que induce a encadenar la
vida exiliando su destino a la clandestinidad 
donde el invierno meditabundo se topa con la 
melancolía. Y ahora el llanto libera la plenitud, 
deshojando en místicos cantos la máscara 
del poeta, que vive y sueña. 

miércoles, 18 de junio de 2014

Mira a tu alrededor



Mira a tu alrededor
y observa la 
frescura del 
viento recorrer
su cuerpo.

Mira a tu alrededor
y observa al
amante cuidar la
tumba de su 
amada.

Mira a tu alrededor
y observa la
dulce selva
dormida sobre
la almohada de 
sus sienes.

Mira a tu alrededor
y observa la 
tarde luminosa
en su nido
envejecido de
brumas ásperas 
y feas.

Mira a tu alrededor
y observa al
destino enorme
hablar del amor
sacudido por
interrogantes
con ansias 
de amarte.

Mira a tu alrededor
y te darás cuenta
cómo tu serenidad
tropieza en la 
amargura del
desamor. 

Simplemente,
  mira a tu alrededor. 

Euterpe © 

martes, 17 de junio de 2014

Good luck



Bajo la sombra del reloj 
nos encontramos, mientras 
mi sombra remanente,
desnuda y quebrada,
arrebataba con látigo 
inhumano la espesura
de su alma.
Allí hundía en el barro
la amargura indiferente 
entre la bruma lluviosa
de redes pegajosas
donde su locura
que crecía en su alma
gemía de indignación
ante oscuros 
pensamientos.
Emigra la muerte
y camina resignada
delante de sí por
la calle del olvido,
que con anhelo
soporta el dolor 
del hábito
de una vida en
desastre, donde
el vacío cubre
las páginas, que
están llenas de
palabras y que
se arrinconan
bajo las viejas 
arrugas del sol 
que nunca llegan. 
Mudo queda el aire 
en colinas de
melancolía,
¡se fue la vida!
¡se fue la vida!
¡se fue la vida!
¡se fue la vida!
Grita la niña de
orientales horizontes 
que desea callar 
sus lágrimas
con notas
musicales de
pianos y violines
que caen del
cielo como
flechas y dejan
las guirnaldas
con miel de 
poesía. 

Euterpe ©

Desánimo



Agotado y sonriente
navega el amor
que sin duda alguna
dividide en partes
el poema deshojado
que destierra
las páginas 
donde las
letras cantan su
nombre.
El escritor 
desmuere las 
hojas donde 
las rimas 
se levantan
con un soplo 
de penas
y la quimera
desata los abismos
arrastrando
el alma donde
las palabras
cantan asesinadas
en sangrientos 
sótanos donde
se agita
la vida y el 
desánimo
se desdibuja
de imposibles. 
Soñar carga 
de navíos
los aires
entre su
pecho y su alma
donde se
esconden
las voces
lastimosas en
agonía.

Euterpe ©

lunes, 16 de junio de 2014

Final

Este es el final 
de una larga 
oscuridad, 
la pena
se ha teñido 
de almíbar
y la hiriente 
tristeza
merma y 
cae a la arena
desnuda
donde la
tierra
junta los
labios
evasivos de
su amor.
El camino
redime
la estética
de silencios
entre muros 
de nostalgias
donde brotan
del poeta 
su ira
que pulsa 
y tañe
la abulia
de la noche
donde
las lunas
se apagan
en armonía. 
El miedo
cae de 
rodillas
entre 
cárceles
derrotada por
el destino
que trina
y canta.

viernes, 13 de junio de 2014

Z O Z O B R A


Mirando el fuego consumirse
lloraba la Luna mientras retrataba
su nombre en la cenizas, y de rodillas 
sujetaba en mi memoria el velo del
recuerdo desplegar con zozobra.
Los ojos se me llenan de paisajes
que dormitan el aura al suspirar y
van haciendo giros de colores 
psicodelicos que combinan con
el sabor de su sonrisa, tan sencilla
y dócil como la música que
cae al suelo embellecida de 
palabras uniformes que brillan
cuando la primavera me hace
cenizas, para así...partir hacia él. 

En memoria del no nacido



De repente mi deseo se viste 
de comas y adjetivos en
remolinos antiguos donde los
dioses moldean  la tierra que
a veces se revela en la desnuda
hoguera de tu ausencia lánguida. 
La aurora húmeda navega preñada
de tempestades con misteriosos 
rituales de pasiones taciturnas
que murmullan en secreto
rompiendo las noches y hundiendo
bajo gritos y gemidos las calladas 
nupcias que vacías esperan
atropellando huracanes, cubriendo
el tiempo de estrellas donde la
noche con su mirada rota hunde
de miedos el suicidio lejano
frente al caos que se precipita.
La lanza de fuego flota fecunda
aprisionando paisajes y envolviendo 
al destino que incomprensible
se quiebra en dos, en tres, en cuatro,
sombras donde se esfuman sus
sueños desconocidos que hipnotizan
a los astros rompiendo la realidad
que se retuerza en la senda del 
silencio, liberada de llamas fugaces
que acarician los cuerpos desnudos
donde la angustia seduce los poemas
con lágrimas que se quiebran en
el vacío de su madrigal tristeza. 
La vida camina avergonzada
comiéndose los años que al borde
del vacío continua cantándole
al destinodespojando las nostalgias 
que cubren su rostro de un amor 
idílico que embellece sus labios
de terciopelo y crepúsculos donde
se dibujan indómitos horizontes  
donde las aves sin alas moran.

Euterpe ©