Mi alma se desgrana como
un eco que se disuelve
destapando calvarios
en un bar donde escribí
sobre su silencio. Fuimos
dos pétalos dulces
ahuyentando miedos para
cuando el desamor nos
apartara. Yo, escritora
de ecos vacíos me
abandonare en vos,
pues somos el principio
del hoy y la otra
orilla del mañana.
Euterpe ©
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