26 enero 2022
Yo
pienso que no sé escribir. Quiero escribir algo profundo, una novela, por
ejemplo. Pero todo es en vano. Hace frío. Quiere llover. El invierno es el
depositario de mis angustias y melancolías. Sentimientos de soledad. Sé que
están mis padres, pero mi destino es eternamente solitario. Tengo cicatrices
que duelen, se resquebraja mi alma. Tarde de ausencia.
Mi
facultad de decepción sobrepasa mi entendimiento. Cada vez que me siento
deprimida o con algún vacío existencial me apiado de mi pobre cerebro y me
siento llevada por un deseo de pregonar. Entonces ahí supongo de dónde surgen
todos esos reformadores, profetas y salvadores.
No
quiero negar mi depresión interna. Salir excita terriblemente mi angustia.
Gente. Ruido. Inseguridad. Retuerzo mi sonrisa. Siento que no me siento. Todo
huele a inhumanidad. Se siente el destiempo. Mar y ríos tropiezan
desapareciendo islas y pueblos. Senderos. Caminos. Yo no pedí nacer en este
mundo lleno de sufrimientos. ¡Todo está tan lejos! Pienso en mi alma. ¿Por qué
soy así? preguntas que no puedo responder.
Soñé
con él. Me pregunto ¿si todavía no lo he olvidado? o ¿él no me ha olvidado?
Porque él me prometió que iba a estar en cada uno de mis sueños y así ha sido
los últimos 3 meses. Solo sueño con él y con el deseo de estar juntos, aunque
ahora sería imposible (está casado y tiene un hijo); imposible. El dolor me
agarra el alma y me lo pulveriza…su olor, sus labios carnosos, su mirada
profunda…todo lo de él huele a olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por leerme :)