Un espasmo en el pecho
se posa de un vuelo sobre
una caricia que nos aproxima
al aleteo de un águila, que
arrastra bajo sus alas el fin
del mundo. De pronósticos
reservados, el olvido estalla
en la razón de aquellos que
creen en el amor enloquecido
entre los dioses y las ninfas,
que con un aliento afrodisíaco
borran la ebriedad del sufrimiento
incapaz de confiar en el milagro
de la anestesia. Sus oraciones
fundamentalistas carecen de
remedios vírgenes, donde su
lontananza jura contagiar
con desgana los juicios
que caen sobre los
parpados de quien
desea respirar.
Carlotta De Borbonet ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por leerme :)