sábado, 12 de abril de 2014

EL ASESINO SIN ROSTRO

A Poe y Caicedo


Siendo niño me encantaba sonreír, caminar bajo los árboles que rodeaban mi casa e imaginarme abrazar las nubes de algodón acostado sobre el llano de una pequeña montaña donde mi abuelo solía contarme cuentos de Chejov y Poe, quizás, no lo sé, fue culpa de mi abuelo que al llegar a la adolescencia mi expresión tierna fue cambiando a fuertes sentimientos de rabia incontrolables hacia todo aquel que deseara acercarse o interponerse en mi camino. Durante cinco largos años, tome apuntes donde describía ambivalentemente mis emociones a través de poemas y cuentos, que solo eran para mí la vergüenza de lo que mi mente se estaba convirtiendo. A los 19 años tenía una gran colección de cuadernos escritos a mano donde perfeccionaba mis escritos en algo que nunca pensé que fuera a hacerse realidad y cuya historia les narrare a continuación.

A mediados de 1987, tenía yo 26 años, aun no me había casado, no había terminado ninguna de las carreras que había decidido empezar a estudiar, había pasado por la Ingeniería, luego por la Literatura, por último hice un curso que tampoco termine sobre fotografía, y desgraciadamente vivía aún con mis padres, dos ancianos pensionados de 64 y 75 años de edad que no hacían más que criticar a los jóvenes y ver las noticias durante todo el día.

Yo era un joven con una vida desordenada, me levantaba a las 12 del día, me vestía sin bañarme, y enseguida salía a verme con Fred en su apartamento donde consumíamos una gran cantidad de drogas, salíamos en las noches a robar en casas vecinas, y luego volvíamos al apartamento para seguir drogándonos; a veces Fred llevaba una que otra nenita, y yo los grababa con su cámara de video sanyo mientras apasionadamente hacían el amor, viendo las caras a estas putas sollozar, gritar, gemir, si, si, si así más rápido, no pares. Pero un 13 de mayo del año en mención, encontré a Fred muerto sobre su sofá con una aguja inyectada sobre su brazo izquierdo, lo más triste de todo es que sus padres y su hermana Elisa ni siquiera fueron al entierro,  quizás sentían vergüenza de su hijo drogadicto, pues los padres de Fred eran reconocidos en la ciudad por su alto estatus económico, su padre dueño de una importante compañía de petróleo importaba y exportaba gran cantidad de este producto por todo el mundo, Elisa era entonces la hija favorita de ellos, quien tuvo la fortuna de estudiar en una de las Universidades más prestigiosas de Estados Unidos por sus altas calificaciones, y además de eso por su reconocido talento en el piano de cola; mientras que Fred era un joven de 27 años adicto a la heroína que solo hizo hasta cuarto semestre de Literatura, y cuyo talento por la escritura nunca fue reconocido, aunque ganó algunos premios a nivel nacional de cuento, y por parte de sus padres nunca recibió apoyo como él siempre lo deseo, hasta escribió un cuento sobre eso llamado “Una noche sin olas”, pues el padre de Fred siempre lo incito a que estudiara Economía. Yo conocí a Fred hace maso menos 6 años, en un concurso de cuento en el que los dos disputamos la final, donde él ganó el primer puesto. Empezamos desde ese momento a salir para hablar sobre literatura y forjamos así una gran amistad, desde ese entonces Fred ya consumía drogas, incluso ya había estado en varios centros de rehabilitación sin obtener algún resultado favorable, y sus padres lo habían echado de la casa hacia maso menos nueve meses, y vivía desde entonces solo en un apartamento que su hermana le había rentado. Fred decidió no seguir estudiando, y desde ese momento sus padres nunca más volvieron a responder por él, quizás también por culpa del divorcio que sus padres acababan de vivir, meses más tarde, su hermana Elisa se fue a vivir a París y Fred se hundió por completo en las drogas, su única compañía que le quedaba era la mía y la de su perro, un pastor alemán llamado Doggy, pero mi personalidad por esa época era muy cambiante, vivía irritable, melancólico, indiferente ante los sentimientos de los demás, y algunas veces era demasiado agresivo.

Después de la muerte de Fred, me encerré en mi habitación durante meses, no soportaba la idea de que Fred estuviese muerto, y repentinamente comencé a tener espacios en que no podía diferenciar la fantasía de la realidad, empecé a escuchar la voz de Fred que me hablaba y me metí más en las drogas y a tomar Valium para dejar de escuchar las voces, pero cada día su voz se hacía más fuerte, enseguida de otras que lo acompañaban incesantemente. Una noche desesperado después de llevar cinco noches sin dormir, decidí salir de mi casa y me dirigí al apartamento donde vivía Fred, su perro Doggy aún estaba allí aunque demacrado por la falta de comida, en ese instante algo se apoderó de mí, levanté a Doggy con mis dos brazos y haciendo fuerza hacia abajo le quebré  la columna vertebral con mi pierna derecha, enseguida tome un cuchillo de la cocina, lo abrí por el vientre, le saque los intestinos, le corte la cabeza, las patas, la cola, y lo vertí en agua caliente, enseguida salí del apartamento y me dirigí a mi casa. Dos meses más tarde, mientras miraba obnubiladamente la TV, escuche de nuevo unas voces que me gritaban y de repente una rabia inexplicable se apoderó de mí, y en un instante todo se tornó negro, algo o alguien de nuevo se apoderó de mí. Al día siguiente me levanté como de costumbre, empecé a percibir que toda la casa emanaba un silencio de cementerio, baje las escaleras, y allí estaba  mi padre degollado en el sofá de la sala, la cabeza le colgaba hacia atrás, mientras su mano derecha petrificada sujetaba un vaso de whisky, grité desesperadamente llamando a mi madre, subí las escaleras corriendo aterrorizado por lo que acababa de presenciar, al llegar a su habitación allí estaba ella apuñalada, con un cuchillo incrustado en el cuello, justo donde se pronuncia la yugular, esa que le brotaba cada vez que me gritaba, sus manos amputadas colgaban sobre un cuadro que tenía mi foto, las paredes manchadas de sangre dibujaban un recorrido que llevaba el rastro justo a mi habitación, al asomar mi cabeza temiendo de que lo que fuese a encontrar me llevaría con un pase directo a la cárcel como sospechoso de homicidio, pero no, allí estaba Fred sentado en mi cama con las manos manchadas de sangre, mientras veía obnubilado un programa de TV, enseguida hice lo mismo, me senté junto a él, prepare un poco de heroína, la compartí con Fred, luego me recosté en el suelo mirando el techo girar, hasta quedarme dormido. A la mañana siguiente, tome los cuerpos de mis padres, y obrando a sangre fría los descuartice, empaque los dos cuerpos en tres maletas, y metiéndolos al baúl del carro, los lleve a un pueblo cercano donde los enterré mientras mis ojos disipaban las lágrimas y la más amarga culpa apretaba mi corazón.

Si bien no estaba conforme con lo que acababa de suceder, decidí ir al acecho de otras cuantas víctimas, el siguiente en la lista fue Mario, un compañero del colegio que hizo mi vida imposible, llegue a su apartamento y poseído de nuevo por una ira incontrolable, lo ahorqué en la sala. Luego me dirigí a la casa de Ross, una puta que tuve que se fue con otro mientras yo enamorado moría por ella, al llegar a su casa la amarre a los barrotes de su cama, le ampute las tetas mientras gemía de dolor y la degollé. Luego fui a la casa de mi tío Roberto, el muy hijueputa me violó durante 5 años de mi vida, le corte las manos, y le prendí fuego en el jardín de su casa. A los dos meses de haber cometido algunos asesinatos, los periodistas y policías se volvían locos al no encontrar al asesino de tan repugnantes asesinatos, y mi imaginación hacía estragos sobre mi conciencia aturdida y adicta a la sangre, nunca llegue a lamentar la muerte de alguna de mis víctimas, cuando había llegado a la lista de casi 23 víctimas, volví al recóndito silencio de mi habitación, saqué una botella de whisky del armario de mi padre, un poco de LSD y me acosté sobre mi cama, mirando el techo donde tenía todas las fotografías de las víctimas que había asesinado, me encantaba recordar con detalle lo que les había hecho a cada una, mientras los colores hiperbóreos recorrían mi habitación, cerré los ojos alucinados, y tapándome los oídos con la almohada tratando de no escuchar las voces que rodeaban mi habitación, de repente perdí la conciencia y la línea con la realidad con la que siempre intente luchar por mantener, desapareció.


Años después mi razón retornó, un hombre de bata blanca y de apellido Monroe me ha dicho que llevo 9 años en el manicomio del condado. Y disipándome del sueño y de los vapores que produce el tiempo, siento por primera vez en mi vida una profunda consternación que se mezcla con el remordimiento de mis crímenes cometidos durante ocho años, parece ser que la muerte de mis padres, y la de Fred no fueron mis únicos actos violentos, se suman  36 personas más, entre ellos, niños, ancianos y jóvenes entre los 13 y 16 años de edad, todos degollados, descuartizados o amputados, aun así mis sentimientos siguen siendo débiles y ambiguos ante semejantes masacres. Fred parece nunca haber existido, al día siguiente los periódicos recorrieron la ciudad con un gran titular en letras mayúsculas, “EL ASESINO SIN ROSTRO: REGRESA”.  

Euterpe ©- SOLILOQUIO II

lunes, 24 de marzo de 2014

LOS “ETTI”



Escribo para mí. Para mi placer. Para mi vicio. Para mi propia condenación. (Juan Carlos Onetti)

En un texto que leía estos días, Paul Auster escribía: “La literatura es una fuerza en el mundo y no me imagino la vida sin literatura. La vida sin arte es inimaginable…” refiriendo su notable preocupación por  estas en la actualidad, pero afortunadamente los dos logramos concluir, no sé si irónicamente, que la muerte de la literatura es algo que no se va a producir, por lo menos ahora. Lo que sí está claro es que lo que va a cambiar es la forma de cómo acceder a la lectura, pues es inevitable la oleada tecnológica que hoy ya abarca al mundo.

Si algo hay evidente es la necesidad imperante que existe hoy por la escritura, y que existe tristemente detrás de las habitaciones oscuras, de los jóvenes solitarios y artistas, de los silencios llenos de letras escritas en cuadernos escondidos bajo las almohadas y las tablas de los pisos de nuestras habitaciones, en donde impera la timidez y la baja autoestima; un personaje de esta categoría podría retratarlo mejor Juan Carlos Onetti, que lo que podría hacerlo yo. Pero, afortunados aquellos que logran abrir los brazos al mundo exterior literario, para ser escuchados y vitoreados, o en el peor de los casos abucheados por diversos artistas.  

Escribir hoy un cuento que supere las 20 páginas como nos lo sugiere Mario Benedetti, una nouvelle que traspase las 50 páginas o una novela que contenga unas 45.000 palabras podría considerarse un arte casi imposible de alcanzar fuera de los hogares de escritores “comunes”, es decir de aquellos que deseen ganarse un puesto en el mundo literario de hoy, teniendo en cuenta las problemáticas sociales que abarcan las sociedades Latinoamericanas donde impera la pobreza, el analfabetismo, el fracaso escolar, el iletrismo, etc.; y por otro lado, nos encontramos con los “nuevos” intereses editoriales, que se han convertido en instituciones elitistas, preocupados por meras versiones de escritos que lleguen a sectores específicos de la sociedad, generando así, una nueva democratización de la lectura y la escritura.
No hay como sentarse a tocar la guitarra, escuchar The Verve y escribir a luz de la madrugada, y es un hábito que yo personalmente no quisiera perder. Creo que con la música, la lectura y la escritura tenemos un poco de esa locura que combinada con el arte nos permite sobrepasar montañas y empapar el alma al ritmo de las notas musicales. Esto es cierto, estamos siendo a cada momento, y juntas o a la distancia trascendemos el tiempo, ese es el acto de mi quehacer cada día de mi existencia; allí puedo despojar y desnudar mi alma.

Onetti por ejemplo plasmara de forma casi naturalista este vacío existencialista propio de nuestra época, que anteriormente describía. Por ejemplo en su cuento llamado “El infierno tan temido”, él nos muestra ese lado de la máscara humana donde impera el dolor, los divorcios a temprana edad, los matrimonios no duraderos, la inconformidad con la vida, la resignación, el amor inseguro, la soledad, el suicidio; y que incluso el mismo Mario Benedetti plasmara en algunos de sus poemas como “Esa batalla”, y cuyo verso dice lo siguiente:

¿Cómo compaginar 

la aniquiladora 
idea de la muerte 
con ese incontenible 
afán de vida?


Existe efectivamente una necesidad de plasmar la vida, el cuentista intentará trabajar en los detalles, y el novelista cuya personalidad es mucho más ambiciosa tratará de trasmitir profundamente su postura ante la realidad que ve, que vive y siente, tratara así de darle forma desde los diferentes ángulos en los que esté ubicado, no importa qué tipo de texto escoja el escritor, pues este mismo es quien impondrá su propio ritmo. La escritura es un arte que necesita de grandes alas para volar, es esa ave fénix que con cada texto renace de las cenizas de cuyas letras han culminado con un FIN o un simple punto final. Todo aquel que camine por los senderos de la escritura notará que no existe determinante alguno para crear, nada de lo que se escribe es un juego, y mucho menos con la literatura que tanto nos ha dado, escribir sirve para reavivar el pasado, curar heridas que la vida misma ha provocado, y que ingenuamente las personas intentan sanar con los libros; pero, ¿podría un escritor de esta magnitud, responsabilizarse del sentir de aquellos quien lo leen, y de lo que estos interpretan? Lastimosamente no. Pero las letras hacen que todo esto misteriosamente perdure y prevalezca para siempre, y cuya desnudes está en la escrituraAl fin y al cabo, la historia como la escritura se acaba cuando la muerte nos llegue, aun así, estoy segura que las letras seguirán el camino que hemos trazado.


No cabe duda que el caminante (es decir el escritor) no solo ha de crear el camino, sino comprender que también él es el camino, no es de otra forma que los escritos surgieron y que se  perpetúan. Porque es cierto que no retornaremos, leeremos y se escribirán libros que hablarán de nosotros y de nuestras aventuras, llegaremos a la vejez solo para contarle al mundo, que el amor perenne si existe y que vivir en la cima de una montaña sin pensar en que hay más colinas por recorrer como lo decía Mandela también es posible, y por eso se escribe, como lo decía Benedetti, se escribe para contar la vida, se escribe porque el alma necesitas de las historias, de los versos, de palabras que agudicen nuestros sentidos. Se escribe porque las palabras nos dan el oxígeno que necesitamos cada día para respirar. Se escribe porque no nos sirve cerrar los ojos cada día simplemente para olvidar. Se escribe porque necesitamos aprender a morir en silencio. Se escribe para encontrarnos en lo perdido, en lo vago, en la nada y así poder levantarnos cada vez que nuestro cuerpo no puede aguantar más. Se escribe para huir del miedo, de la soledad, del insomnio, de las voces incesantes que no callan. Se escribe para orarle a Dios y exaltar en ella nuestras pobres plegarias. Se escribe porque estamos envejeciendo en el apuro del tiempo. Se escribe porque ya no nos queda nada más qué hacer. Pero ante todo, se escribe para aprender a ser felices aunque nos cueste la vida, y todas las letras del mundo. 

Euterpe ©- SOLILOQUIO II

miércoles, 19 de marzo de 2014

domingo, 16 de marzo de 2014

MISANTROPOSIS


Deseo no volver a salir de casa, para no tener que verle la cara a toda esa manda de idiotas que andan por las calles, corriendo de una lado a otro para que el bus no los deje, o el puto trasmilenio no les cierre la puerta en la cara. Luego tener que llegar a cualquiera de sus destinos para decirle al idiota que tiene al frente: “Buenos días, que maravilloso día está haciendo hoy”, mientras por dentro te cagas de la puta melancolía, pensando en tu maldita noche de insomnio y de las lágrimas que derramaste sin saber por qué. 
Si eres un joven con “oportunidades”, sales al colegio o a tu universidad creyendo que algún día el estudio o tu carrera te dará dinero para vivir mejor y tener más de lo que has tenido; y si eres un pinche adulto llegas al trabajo como cualquier día, sin darte cuenta que los de arriba del organigrama, se cagan sobre ti cada día de tu existencia. Pero, ¿Qué decir de aquellos que no tienen que llegar a cumplir con un puto horario?, de esos que trabajan en la calle, o de esos que se suben y bajan de los buses, para que algún marica les de dinero, mientras por dentro sienten lástima de sus propias vidas: “Pobre ciego, que bueno que yo puedo ver”, “pobre mujer, la tiene peor que yo”, “pobre anciano, debería ir a quejarse con el gobierno”, “pobre man, perdió los dientes por la droga” y en estas situaciones no se salva ni el cojo, ni el manco, ni el bizco, ni el parapléjico, ni el boquete, ni el desplazado, ni los músicos…y así sucesivamente, e indefinidamente. Ah! pero eso si, no me jodan con sus paros de mierda, que no sirven para nada, y menos cuando lo quieren todo regalado, hasta allá tampoco. 
Y los de estatus altos (discese de los estratos 5 y 6), imitan estar trabajando mientras piensan cómo gastar su pobre sueldo millonario, o cómo ganar más sin tener que hacer el menor esfuerzo, manteniendo así su estatus quo, hacen viajes cortos unas cuantas veces al año (no a Melgar, Mesitas del colegio, Anapoima, Girardot, como la gente normal; o a menos que allí tengan una lujosa finca, a la cual van una vez al año), sino “pequeños” viajes al Asia, África y Europa; y además de eso son maravillosamente modestos, y amarrados (porque temen perder sus centavitos), ¿irónico, cierto? Si supieran, o quizás tuviesen la mínima idea de que hay familias en nuestra patria en que con un mínimo la comida alcanza como sea para tres, seis, diez personas, incluso para sus perros, que en la mayoría de veces son más de dos. Y me vale culo sus fundaciones de mierda, porque las problemáticas seguirán arrastrando más abajo a las minorías. 
Si, mis queridos lectores, esto se llama REALIDAD, les presento una parte de ella. La vida no es esa que ves todos los días sentado en tu carro, o en tu cama lujosa viendo la televisión, ni detrás de tu auto de vidrios blindados mientras tu guardaespaldas conduce por estas cagadas calles. Invito a que recorras esta podrida ciudad para que te des cuenta de lo injusta y desbordante que es la existencia, y así  dejes de repetir como borregos: “Así es la vida”.
hum! que bueno que la mayoría olvida que el suicidio es existe. 

viernes, 14 de marzo de 2014

Lamb - Gabriel



This song breaks the soul!

"I can fly, but I want his wings
I can shine even in the darkness
but I crave the light that he brings
I can love, but I need his heart".







CARTA Nº 13



No ha llegado el correo aún, parece ser que ha habido problemas serios con la llegada de mercancía a Bogotá,pero por ahora no han habido problemas con la salida de esta, lo que es supremamente raro,además de eso el gerente de la empresa ha renunciado, y quien ha tomado el cargo ahora, no ha logrado organizarse; eso me lo ha dicho Ana, quien es la que siempre me entrega el correo. Lo que me hace pensar que has estando leyendo mis cartas. 

La semana pasada Marcos por fin acepto algunos escritos míos, le han gustado y me dijo que empezarán a publicarlos prontamente en el periódico de los martes en la última sección, estoy ansiosa de ver mi nombre allí. En verdad no tienes idea, de cuánto tiempo les he dedicado, han sido horas y horas de escritura, y cada uno de mis cuentos los he pegado en las paredes de mi habitación para seguir la secuencia y así, mantenerme al tanto con la escritura. Verás cuando regreses que mi apartamento esta hecho un caos, hojas escritas a máquina por todos lados, y libros en el suelo que no paro de leer y releer. Pero esto es lo de menos ahora, te enviaré apenas pueda el primer ejemplar que me llegue del periódico del martes para que lo leas; te lo prometo.

Quiero contarte que las noches han sido como un torbellino ausente de desolación, y creo haber visto tu sombra recorrer a pasos lentos los pasillos de mi habitación, percibo tu aroma en las paredes, en el piso, en los tapetes, en las hojas de mis libros y revistas, en la comida…y me pregunto, ¿Si esto que siento es culpa del aislamiento, o si es simplemente una forma que tiene mi alma de desahogarme de ti? Llevo días sin salir de aquí porque te veo en la calle, en los buses, en los restaurantes, en todo lugar al que voy, y no soporto esa desdichada sensación. La soledad es como un puñal que atraviesa mi ser, y no basta escribirle a la nada, porque tú no estás aquí, tus fotos se han convertido en una imagen alucinada que mis sentidos no logran entender. Creo que la vida me está haciendo pedazos, y no sé cómo evitarlo. Esta es la hora que no sé si es de día o si es de noche, porque mi cuerpo solo te espera a ti.

El poco dinero que tengo y que me ha dado por adelantado Marcos por mis cuentos, lo he gastado en libros, que afortunadamente la librería no ha tenido inconveniente de enviarme, también en alcohol, cigarrillos y un poco  de marihuana, solo porque deseo recordar viejos tiempos, cuando los dos nos sentábamos en algún parque a hablar con los árboles, y de tu gato rojo llamado Thomas.  Dirás que vivo en los recuerdos, pero yo creo que todos vivimos de ellos, aunque odio mi pasado, más de lo que odio a mi propia vida; ayer llego una carta de mi madre, diciendo que mi padre ha fallecido, me ha enviado dinero para el pasaje (y supongo que también lo ha hecho con mi hermano), pero en verdad no me importa nada, estoy acostumbrada a la muerte, y sé que él ahora está mejor sin nosotras. Yo no quiero que te conmuevas por esto que te estoy contando, ni que me digas que necesito un puto loquero, pues no hay presente más soportable que una vida sin ellos, conozco la muerte y no necesito verla en él.

Amor, realmente estoy ansiosa de saber cómo estas, miro el reloj cada segundo y el teléfono esperando esa llamada que me diga que han llegado los correos, y que puedo ir a recogerlos; y es que solo necesito escuchar tu voz cantar en mi cabeza, no soporto más mis pensamientos, y necesito con urgencia alguien que las acompañe, no quiero llegar sola a la inanición que trae la existencia del cuerpo humano. Mi alimento eres tú, mi vida es contigo. Y es que no sé cuánto tiempo más soportare la ponzoña que trae el destierro de la ausencia.

Esperándote de algún forma,
imposibilitada para llorar cuando la soledad observa.

Con cariño, Manuela Zimmerman.

Euterpe © - Cartas de Manuela Zimmerman. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

sábado, 8 de marzo de 2014

CARTA Nº 12



-Manuela, Manuela, Ma… gritaban repetidamente anoche mientras intentaba conciliar el sueño, y abrazando temerosamente y conmocionada la almohada por lo que allí me sucedía, decidí vestirme y salir a caminar. Recorrí la séptima con 57, hasta llegar al Parque Nacional, donde me fume algunos cigarrillos y le escribí al firmamento que me miraba cautelosamente en esa soledad que me abarcaba, pensando al mismo tiempo en cuándo regresarás. Tú sabes, me siento desesperada, pues aún no han llegado tus cartas, aunque el cartero me ha dicho que ha sido por retrasos de la empresa y que parece que las cajas de los correos las confundieron, las cuales no llegaron a Bogotá, sino a otra ciudad. Las llamadas internacionales también son un caos, y las líneas se caen con facilidad, además su costo es muy elevado, y tú sabes que yo solo vivo de la escritura.  De paso, estos días he mandado algunos escritos a la Revista PLP, hable con un tal Marcos Rodríguez quien se ha interesado por mis cuentos cortos, aun así el pago no es bueno, quedo de llamarme este mes para confirmarme lo del trabajo.

Estos días me he dedicado a la escritura, a la lectura y a pensar en ti, muchas veces he deseado desesperadamente que una voz interrumpa mis silencios, pues es la única forma de liberarme del miedo y de esas voces en mi cabeza que me atormentan. Pero, se me magulla el alma de pensar que quizás tú estés empezando a olvidarme; pero no te preocupes, aún no he caído en la tristeza absoluta del abandono, pero amor mío, me hace mucha falta tu cariño, porque el mío empieza a agotarse y a endurecerse, y no quiero echar a perder nada de esto, es que no quiero volver a los caminos de antes, esos que recorría antes de conocerte, ese mundo lejano en que la vida me arrastraba y me azotaba sin permiso. Espero algún día llegues a comprender cuanto te quiero, y lo repito sin vergüenza ¡Te quiero!, esta es nuestra aurora que nos calienta cuando tenemos frío, que nos da esperanza en nuestra soledad, y donde los poemas se convierte en el himno de nuestro amor.

Nunca creí que esta separación temporal, me fuera a atormentar tanto. Y ahora, no sé con qué conformarme, solo tengo pedacitos de pensamientos tuyos envejecidos en mi armario, aunque solo las abro para besar tu nombre.

Con cariño, Manuela Zimmerman.

Euterpe ©- Cartas de Manuela Zimmerman. 

XXIV.

¿Crees que soy de esas mujeres, 
capaces de soporta la soledad?
- Pues no. Cada día sueño con
que una voz interrumpa mis silencios. 

Euterpe © - SOLILOQUIO II

jueves, 6 de marzo de 2014

RECUERDOS I




Recuerdo cuanto tenia seis años mirar a mi madre ha hurtadillas en su habitación vestirse; a las seis de la mañana ella sacaba cada una de sus prendas delicadamente, las colocaba sobre la cama, y las ordenaba por colores como si estuviese ordenando un arco iris, allí veía entonces ese armario que era una gran caja de Pandora para mi, y cuyo olor a mujer penetraba en mi nariz. Su piel joven relucía en la habitación como una joya cuyo valor no tenia ningún precio, su sonrisa se iluminaba con cada prenda que se colocaba, reluciendo su hermosa juventud. Ahora, casi veinte años después, no tengo que entrar a su habitación para ver su desnudez, hoy toda ella me confirma el deterioro que produce la vida en un cuerpo que intenta soportarlo todo, pero sé que no es culpa de ella, sino del tiempo, que con los pliegues de sus arrugas confirman la lucha de sesenta años en un mundo que no agradece nuestra existencia. 

Euterpe © - Libro: SOLILOQUIO II

miércoles, 5 de marzo de 2014

XXIII. Apología de un escritor



Quienes lean algún día mis líneas (si es que las leen), espero que entiendan que ninguna de mis palabras va dirigida a ellos, y mucho menos a que les guste, formando una imagen falsa de mí y de mi torpe conciencia. Nada de lo que escribo es un juego, y mucho menos con la literatura, que tantas cosas nos ha dado. No crean, amigos míos, que mis letras son para reavivar su pasado, y curar las heridas que su misma vida se ha generado, y que ingenuamente intentan sanar con los libros. Pues yo ni sé quién soy, y de dónde diablos vengo, ¿podría entonces yo, responsabilizarme de su sentir, sobre lo que escribo, y sobre lo que ustedes interpretan? Lastimosamente no. Lo que escribo aquí, es para que lo tengan presente y sepan a qué condiciones atenerse mis queridos lectores. Ni siquiera me importa la cantidad de escritos que todas mis personalidades hayan creado, desterrandome de mi pasado, de mi presente y mi futuro en todo momento continuo, que me llevan perdurablemente al olvido. Pero las letras hacen que todo esto misteriosamente perdure y prevalezca para siempre, y cuya desnudes esta en MI ESCRITURA. 

Euterpe © - SOLILOQUIO II

miércoles, 26 de febrero de 2014

XXII. REAL(SISMO)



La literatura es magia, es aparecer entre la gente sin estar físicamente, es entrar en las almas sin tener que tocar la puerta. (Doménico Estrada)

Caminar por los senderos de la Literatura, es recorrer a través de la palabra mundos portadores de historias, que se encuentran instaladas en la fatua visibilidad de lo inteligible; el arte de la escritura, es la forma que tiene el escritor de decirle al mundo “aquí estoy, existo”, es darse el derecho de pasar de la fantasía a la realidad sin tener que pedirle permiso a nadie, es dejar que las musas nos toquen, elevando nuestras ensoñaciones y dibujando nuestras letras a través de historias que cautiven, es dejarse permear por la belleza de las emociones, permitiendo que estas rosen nuestra piel, pasando desde el erotismo hasta la locura, es permitirnos como lo diría Maupassant conocer el mundo, y sus pliegues, como cuando una rosa abre sus pétalos cada vez que mira al firmamento, es intentar entrar en el “caos” de la nefasta existencia humana; pues solo el escritor sabe, que en el momento que él empieza a escribir, no hay nadie que lo detenga.

El lugar de la literatura es un santuario, que pocos comprenden y que muchos quisieran descifrar, y el punto está, en que hay que empezar a reconocerla no sólo por las obras que se escriben y que se modelan en estantes de las grandes librerías y bibliotecas del mundo, sino por la profundidad temática de estas que intentan de diferentes maneras mostrarnos el mundo y cómo las diferentes sociedades conviven, reconociendo su cultura, su orden político, económico, etc. un ejemplo de ello, son los escritores realistas, quienes intentan reflejar a través de sus obras, historias concretas y objetivas, satirizando a la clase media propias del surgimiento de esta escuela, con un profundo contenido social. Entre los grandes realistas latinoamericanos se encuentra el mexicano Portillo López quien en su cuento conocido como Reloj sin dueño, muestra tintes realistas, en el que narra la historia de un hombre llamado Félix, un juez de clase media que con actitud jactanciosa se queja de los crímenes que su ciudad está viviendo, allí Portillo López se preocupa por dar detalles físicos y locales (el Zócalo, los tranvías, la colonia Roma, 16 de Septiembre, Tacubaya, Insurgentes y Chapultepec) de sus personajes, reconociendo la voz popular de la prosa mexicana, y como lo diría el mismo Portillo López en su libro “La Parcela” (1978):

“Hemos de procurar de no apartarnos del genio de nuestra lengua materna y no romper sus clásicos y gloriosos moldes, conviene que nuestra literatura sea nacional en todo lo posible, esto es concordante con la índole de nuestra raza, con la naturaleza que nos rodea y con los ideales y tendencias que ambos factores se originan.” (p. 4)

El realismo entonces nos permite abarcar las historias, los relatos, la poesía como un molde artístico, que nos posibilita conocer tan solo una parte de lo que es el mundo literario, es escribir de manera irónica y humorística la vida en un retazo de hoja, permitiendo al lector conocer hechos particulares y descriptivos, los cuales nunca son vacíos, sino que son recipientes llenos de letras que forjan sentimientos que nos llenan, enterrando el tiempo existente para convertirlo en una historia caricaturesca. el realismo permite asomarnos al abismo de la vida social de una época donde se abola todo atisbo de idealismos y, la consciencia social se cierne en el peso de las problemáticas latinoamericanas reflejando minuciosamente la realidad, reclamando a través de sus obras una mayor atención a las problemáticas sociales y las injusticias propias de la vida en américa latina; en definitiva el realismo latinoamericano logra traspasar las fronteras entre el naturalismo y el romanticismo, creando una ilusión en donde se desata una realidad que narra la vida de aquellos que viven en la esquina del mundo, pues como lo diría Juan Rulfo: Recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación”.

Empero, al intentar descifrar lo que las letras de los autores tienen para nosotros, no es caer en el mundo racional del escepticismo propio de la mente humana, es dejarse llevar por las emociones, es permitirse conocer el túnel solitario de Sábato, la celda de Caicedo, es llorar a lágrima viva con Oliverio Girondo, es sentir el amor a través de Sabines y Cortázar…es vivir a través de las letras. Descifrar “eso” que contienen las obras literarias, tiene un complemento interpretativo y emocional que van de la mano con la literatura, por ello el papel del escritor es fundamental pues depende de este cautivar al lector. Y todo esto es lo que yo llamo Literatura, esa que canta en nuestros silencios profundos, aun estando en el abismo de la tristeza, y la soledad. Y cuando sonreímos, la literatura alumbra nuestras noches, y nos libera de nuestras cadenas, solo cuando nos sentimos amargados y desesperanzados. Y a veces la juzgamos mal, y hablamos de ella sin ni siquiera conocerla, pero solo cuando nos dejamos tocar por las palabras, el alma es capaz de vagar por lugares desolados sin caer de rodillas frente al mundo que la atormenta. La literatura es profunda, y aunque parezca lejana siempre está cerca, convirtiéndose en el otoño y la primavera de nuestro espíritu. 

Las librerías y bibliotecas del mundo esperan a que sus libros sean abiertos, porque la literatura nos saca de la ignorancia, abre mundos paralelos, nos conecta con la naturaleza de las emociones y de los dioses, nos permite recorrer pueblos y ciudades que no están a nuestro alcance en el momento inmediato, nos permite tener amigos con los que podemos vivir aventuras infinitas, nos permite ir al cielo, y al infierno y, volver para contarlo, nos permite escapar de la locura, de la melancolía, y del miedo de nuestro mundo…nos permite ser y no ser al mismo tiempo…

Aquí recae la belleza del arte de la escritura.

Euterpe © -SOLILOQUIO II

viernes, 21 de febrero de 2014

CARTA Nº 11





Cuatro días he pasado sin escribir una sola palabra, la vida está tan abarrotada de cosas que a veces es difícil distinguir la noche del día. 

Quiero decirte que me han llegado algunas fotos tuyas ayer y un poema que devore hasta la madrugada. A veces siento que no soy digna de tu amor, realmente no soy una mujer fuerte para gustar de los placeres y dulzuras que tiene la vida, y por favor no me menciones la felicidad, porque los recuerdos me hacen sufrir, ni me menciones la esperanza y la Paz, de esas que sienten las aves cada vez que están en el cielo. Ojala pudieras verme ahora, para mostrarte las cenizas que la tristeza ha dejado en mi corazón, empero cada vez que leo tus cartas, te conviertes en ese instante en el sol que alumbra mi alma, que hace que las siluetas de mi corazón se abran como una rosa cuando abren sus pétalos mirando al firmamento. Desde que estoy junto a ti amor mío, siento que volví a nacer, siento que los dioses me miran desde lejos a través de tus ojos negros hechos fuego, ahora mi espíritu no está vacío de afecto.

Porque eso amor mío, es a lo que yo llamo Amor, ese que canta en nuestros silencios profundos, aun estando en el abismo de la tristeza, y la soledad. Y cuando sonreímos, el amor alumbra nuestras noches, y nos libera de nuestras cadenas, solo cuando nos sentimos amargados y desesperanzados. Y a veces la juzgamos mal, y hablamos de ella sin ni siquiera conocerla, pero solo cuando hay amor, el alma es capaz de vagar por lugares desolados sin caer de rodillas frente al mundo que la atormenta. El amor es profundo, y aunque parezca lejana siempre está cerca, convirtiéndose en el otoño y la primavera de nuestro espíritu.  Y cuando ella canta, los sordos la escuchan y los ciegos la presencian, quedando atónitos y cautivados de su esplendorosa belleza, y la siguen maravillados y conmovidos. 

Perdóname amor mío, por estas letras que acabo de a escribirte, pero es lo único que tengo para darte esta noche, y no creas que me he abandona a mí misma, pero a veces la vida te cuestiona tanto que caes en un abismo derrochador de desesperanzas ilusorias. Cuento y marco los días de mi calendario para verte.

Con cariño, Manuela Zimmerman.
Euterpe ©- Cartas de Manuela Zimmerman. 

lunes, 17 de febrero de 2014

CARTA Nº 10






Han transcurrido muchos días sin ti, y a veces los recuerdos parecen un cumulo de dolorosas ensoñaciones que aletean en torno mío, que llenan de tristeza las profundidades de mi alma y que hacen que mis ojos se llenen de lágrimas; sé que en este momento debería estar absorta en profundos pensamientos y contemplaciones, aprovechando de mi hermosa juventud y tratando de entender la vida a través de la revelación de los libros y de las enseñanzas de mis padres, pero amor mío, amargos sentimientos han enredado mi corazón arrastrándola hacia una negra desesperanza, quizás es tu ausencia hecha carne.

Hoy tengo ganas de dibujar tus cartas sobre mi cuerpo, -amor mío- cuánta falta me has hecho; los días trascurren tan vacíos de ausencia que hasta la soledad ha terminado suicidándose. Seguro que ahora te estarás preguntando sobre qué ha hecho mi soledad, y cómo han transcurrido mis días, pero me bastan tus cartas y tus fotografías para que vuelvan a mi memoria todos los recuerdos de los dos sentados en el parque de la 87 mirando hacia el cielo y creando historias con las nubes, viendo toda esa gente pasar y preguntándonos qué se sentirá ser ellos tan solo por un instante de nuestras vidas, comiendo helado de chocolate y viendo traspasar la luz de la luna entre los árboles que tanto aguardan nuestros encantos de amor de verano. Dicen que cuando dos almas están separadas pueden encontrarse en lo más remoto de los sueños para allí revivir los actos de amor que en la realidad no es posible.

Sé que el tiempo transcurre rápidamente; sé que nos veremos pronto aunque falten cinco meses para ello; sé que el destino suele dar demasiadas vueltas, aunque a veces es incierto y traicionero; sé que el amor lo soporta todo, aunque la soledad este tras su espalda; sé que no debo temer porque eso me los has reiterado en tus cartas y que tampoco debo perder la esperanza porque nuestra despedida nunca fue suficiente para decir lo que realmente es un adiós; y sé que la carne lo soporta todo, pero amor mío, y mi alma qué?

Gracias por las fotos que me has enviado, parece ser que Dusseldorf es hermoso.

Con cariño, Manuela Zimmerman.
Pd: Con la carta te envío café, bocadillos y arequipe, así como me lo pediste. 


Euterpe ©- Cartas de Manuela Zimmerman.

domingo, 9 de febrero de 2014

XXI. En duelo



En duelo me encuentro.
Luz y oscuridad se
mezclan entre
lágrimas de alegría.

Por años he mitigado
la locura que durante mucho tiempo
ayudó a la creación de mis
mejores historias hechas 
cuento y poesía. 
Locura que puso en peligro
mi vida, con voces amenazantes
que se apoderaban de mis días.

Ahora, acecha en mí la alegría,
y tú lector, notarás en mis 
versos reposados la paz
de mis días.

Y –espero- ojala eches de menos
la vos oscura de mis versos
pasados. 
  

Euterpe © - SOLILOQUIO II

CARTA Nº 9



Anoche tuve un sueño terrible, parece que la muerte ha llegado hasta allí también, tan real como los cuentos de fantasía. Ahora, mientras me tomo un café contemplando las calles frente a mi ventana me ha entrado una intriga que se posiciona justo en mi garganta y en la ponzoña de mi estómago. Empiezo a escarbar entonces esta peroratas de emociones infalibles que en resumidas cuentas son epitafios clementes que nunca llegan, porque ahora tú te encuentras lejos cuando las montañas de mis senos desean con ganas tus pasos de besos arrolladores e infalibles sobre mi cuerpo.

Desde que te fuiste, los días han dejado de ser días, y las noches sin luna y sin estrellas han dejado de iluminar los valles que con tu mirada hacías brillar, pareciera que ahora todo lo que habíamos vivido fuese una historia imaginaria contada por un niño; sé que no demorarás pero tu espera es mi exilio. La verdad es que me siento infeliz a la sombra de mi habitación pensando en tu silueta y en una imagen que no logro recrear, aunque tu loción en la almohada me hace recordarte cada vez que estoy bajo las sabanas. Mi único aliciente es escribirnos, pues es una forma de recordarnos, de saborearnos a través de las palabras, de sentir nuestro amor en intervalos de tiempos, ese es el misterio que aguardamos y que nos hace únicos. 

Pronto llegará la noche, y empiezo a sentirme como una grano de polvo triste, melancólico y desgraciado. Mi alma se siente enferma cada vez que te apartas de su lado y en mi rostro se dibuja una expresión de incalculable desconsuelo, dime amor mío ¿en qué otro sitio puedo estar cuando tú no estás conmigo?

Regresa pronto.

Con cariño, Manuela Zimmerman. 

Euterpe © - Cartas de Manuela Zimmerman. 

XX.



Fred estoy muy triste hoy. He estado muy agotada últimamente como para sentarme a escribir y hasta hoy he intentado retomarlo, tu sabes que esa es mi única forma para decirle al mundo que "estoy existiendo aún". Me vi con Oliver en el parque Nacional hace unas noches mientras pensaba en cómo nacen las estrellas cada vez que el sol se encuentra en la otra parte del Mundo donde yo desearía estar. Me pregunto cómo hubiese sido yo si hubiese nacido en otro lugar lejano e inhóspito; me pregunto sobre qué escribiría; me pregunto si tu existirías también. 

Ahora estoy en un parque llamado el Virrey, me gusta ver la gente pasar acompañada de amigos, perros, familiares y me pregunto si serán felices, me pregunto qué se sentirá ser ellos en su soledad de las noches. Vi también a una monja pasar y me pregunte también sobre cómo será estar con Dios de la forma en que ellas logran estar con él, me pregunto si no desearan ser sacerdotes o sacerdotas (como sea que se diga), al fin y al cabo si lo pensamos los actos de Jesús, son actos que  cualquier mujer podría ejercer como: sanar al enfermo, orar, predicar, hacer votos de castidad, etc. Fred y si yo fuese monja, ¿creería más en Dios?, quizás él dejaría de ser una ser tan hiperbóreo, como la luz al final de un túnel que no puedes recorrer, porque es de esos túneles que unen la vida con la muerte. 

Fred, tú conoces a Dios?,porque tu no eres de aquí y los dos lo sabemos, así como Oliver y Greg. Me gustaría que algún día habláramos de Dios.  


¿Sabes? Me gusta este parque, muchos mundos, múltiples lenguajes, infinidad de historias y caminos para recorrer. Me gusta cuando estás conmigo Fred, aunque seas invisible a los ojos y oídos de otras personas, me envidio por ello. 


Euterpe © - Voces alucinadas 

domingo, 2 de febrero de 2014

Everything that drowns me makes me wanna fly, but I've got high hopes when you let it go, go out and start again...

Euterpe © 

sábado, 1 de febrero de 2014

Diálogos I

E. Podría estar todo el día escribiendo y escuchando musica, y escasamente me daría cuenta que los días han pasado, sin embargo sé que existo por el reflejo de mi sombra al suspirar.

D. y sin embargo; solo sin embargo puedes respirar suave, muy suave y disfrutarlo mientras simplemente te reflejas. Como las nubes se reflejan en la mirada de quien las ama con asombro, sin conocer a ese observador.

E. Me gustan las nubes, especialmente cuando reflejan mariposas fosforescentes cortadas a la medida de mis soledades acompañadas. Me gustan las nubes que reflejan el universo, y así darme cuenta que estoy rodeada de mundos maravillosos y estrellas de fantasía.

D. Así como cuando no solo tiene formas definidas y cada uno tiene que crearlas, es cierto son universos ya que nuestras miradas atraviesan no solo el reflejo sino los anhelos que se han puesto en ellos. Dime Tú, has visto miradas, que te contemplan en las nubes?

E.  Miradas?? miradas, caminos, historias sin fin, rumbos, el Principito,a veces. Las nubes reflejan todo lo que queremos que se refleje, asi la vida deja por ser un instante algo vacío e inocuo. Pero hoy tenemos las letras que también nos construyen...ahora me pregunto, qué historia terminaremos de crear?? cuando lo que sobra es la imaginación de los que buscan otros mundos para darse sentido...

D. Profunda pregunta. Parece que terminaremos de crear la historia que, se desea crear. No cabe duda que el caminante no solo ha de crear el camino, sino comprender que también es el camino; podemos crear la historia que ya comenzamos a escribir, es inevitable que no existan, comas, puntos apartes, distintos capítulos y probablemente terminaremos un libro. Podremos detenernos? acaso es la condena de la vida, no poder bajarnos de este mundo?

E. ...además de eso sin título, sin un tema en particular, me gusta. La historia se acaba cuando la muerte nos llegue, aun así, estoy segura que nuestras almas seguiran el camino que estamos trazando...al fin y al cabo, la vida inevitablemente sigue con la muerte.

D. ...de manera paralela nacemos ya con la flor de la muerte que va brotando en nosotros. Inevitablemente el cuerpo se llevara en piel, las innumerables historias escritas sin tintan, sin capitulo, sin un tema en particular y ahí quedarán en un espacio inconsciente, que llamara la mirada del espejo en algún momento de tantas tardes tendidas. No son nuestras almas, las que se asomaran al destino, sino los sueños que han escapado de las ventanas de un lecho. 

E. ...sueños que nos ayudarán a crecer, a surgir y a ser diferentes y asu vez aprender a desafiar la construcción de un mundo diferente, porque tú humano, no eres ordinario, ni plebe, el producto es de tus manos y de tu mente. Hay formas de ubicarse en la esquina del Mundo, en la que sentimos nuestro poder, en donde nos desplegamos y no renunciamos a ser críticos del mundo que no nos gusta, pero podemos tejer el destino del que nos gusta. Veo un hombre que ha explorado con su pensamiento y con su cuerpo de manera sincera y franca, pensando en encontrar caminos, sin darse cuenta que los caminos propios antes de encontrarse se hacen, desconociendo que la historia del Universo se ha hecho sobre intentos, uno tras otro, no fue de otra forma que la vida surgió y que se perpetúa.

D. Se ha perpetuado con barro y sangre. Con la mano cansada y una continuidad bajo un sol que se dispara no sobre el cielo sino desde el pecho de quien merece llamarse hijo. Somos pocos, pero somos, cada uno no solemos andar solos ya que al caminar solemos temblar la piedra, y solemos reconocer a los hijos del Hombre. Solemos hablar entre nosotros, a veces con cartas, con mensajes entre lineas, o con silencios que nos acompañan siempre, así como de los que comenta Khalil Gibran.