Han de habitarme los versos de Neruda que hacen retornar en mí el
deseo amoroso de mi alma crispada por el cielo, por el humo, por los libros,
por la juventud. En cuanto a la muerte, a tener que esperar en una esquina
ignota de desespero, quizás toda la noche... quizás toda la vida, porque las
nubes rojas del atardecer tallan en forma de sonrisa la luz de mis ojos. Y
ahora, al encontrarte ya no se atraen los abismos, ni las caídas en
recipientes de lágrimas borrosas donde nadan las penas en desiertos negros o
infiernos al estilo Dante, que hacen vislumbrar la grandeza de los que vuelan
sobre el lenguaje que no calla como un relámpago o como una noche de exterminio donde brota lo
imposible.
Carlotta de Borbonet ©
Julie P. Lizcano Roa
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Gracias por leerme :)