viernes, 18 de julio de 2014

CARTA Nº 25

Sara Herranz illustration


Han pasado tres meses desde la última vez que te escribí y aún no he recibido cartas tuyas, quiero pensar que has tenido problemas con la dirección de NY o que estás muy ocupado con el lanzamiento de tu libro por Europa. 

Quiero decirte, que no he parado de recorrer mi habitación de lado a lado, y me imagino perdiéndote a pedazos. Mientras lloro, hablo con mis pensamientos, esos que intentan consolarme ante la inminente separación de almas y corazones que dejarán atrás lo que alguna vez los dos construimos; Cómo sufro, mi alma se parte en trozos amorfos que despellejan mi ser, y siento que la vida se me va, suspiro profundamente esperanzada de tu regreso y semirresignada calculo el tiempo para así evitar que los arquetipos invadan mi desconsuelo. Las posibilidades son inciertas, de lograr acortar el tiempo y la distancia que durante un año nos han separado, desearía agarrar o apresar el mundo infaliblemente, para decirte que aun, eres mío; y es que me imagino por las calles perdida, en un laberinto asfixiante donde nadie escuchará mis gritos de auxilio, y en la languidez del desierto del desamor la nada se vestirá con alas de angustia, de vuelos dolorosos, donde sufriré una cruel metamorfosis, donde sé que nunca más volveré a ser la misma.

Amor mío, ¿Dónde estás? fuerzas mi vigilia donde ya se me es imposible palpar el día de la noche, suspiro impotente, sin saber cómo descifrar este misterio que me está llevando al límite de mi existencia, la imaginación aguarda sombras oscuras, donde ya no logro imaginar el mundo en relieve de colores purpura, la soledad atraganta mis poemas, y mi rostro se reviste de lágrimas amargas temerosa de salir al exterior, a ese mundo indiferente que apretujan a los hombres que la recorren. Mi alma ruega por tu regreso, pero un torrente de palabras muertas aspiran mis recuerdos, soy un pedazo intangible que acaricia cansada al destino, toco tu rostro sobre fotografías vacías que me hacen dudar de tu existencia, es como estar en un plano desconocido e imaginario, donde poco a poco nuestra historia se desvanecerá. La angustia desdeñosa despega del tiempo una sensación nauseabunda, sé que algo está por venir (y sé que no es bueno), me quiebro en el sofá de la sala, inquieta a esta ilógica ansiedad que teme a ese futuro que llega sigiloso, y sin previo aviso. Amor, me siento cansada de aparentar esto que siento por dentro, y entre el cansancio y el miedo, sé que lo único que necesito es escribirte. Ruego al cielo y a los marineros para que te regresen completo, antes de que me deshoje y atente en contra de mi desganada y de esta dolorosa realidad. 

¡No entiendes! que cada día sin ti, me muero un poco más. 
Por favor, escríbeme. Ya no sé de qué más formas pedírtelo.

Con cariño, Manuela Zimmerman. 

Carlotta De Borbonet ©


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