viernes, 18 de julio de 2014

Poema LXIII



No niego que atención pido al 
silencio que en noches oscuras
blasfema con grandeza mi nombre
arañando las paredes cuyo olvido
traspasa los azulejos. Allí, habita 
la boca del infierno que espía
con fuerza y maña, mientras que su 
alma envenena la morada desierta, 
donde huye el dolor, que no entiende
de penas ni de condenas. Sus voces 
miserables y sin consuelo, aguardan 
el destierro que nace con espinas 
donde alguien llora triste sobre 
su pecho. No niego que atención pido 
al silencio para que en noches oscuras
no penetre en mi, la rutina que invita 
al miedo y al desasosiego. 

Carlotta De Borbonet ©

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