Cuando me encontré a Eva esta mañana en la estación del tren, me di cuenta que tenia un grito ahogado que se le pronunciaba justo en la mitad de su garganta. Sus ojos apagados y rojizos de tanto llorar, desnudaban el dolor de su interior, era como si llevara las noches de insomnio sobre su espalda.
Carlotta De Borbonet ©
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