viernes, 29 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 81 (POLO A TIERRA)



Como si llevásemos el destino a cuestas despiertan las mañanas sobrias de cielo bajo la composición de cánticos que han de evocar un pasado romántico donde las luces del olvido titubean entre las cenizas grises; refugiémonos en el lenguaje de las ideas y las palabras que gorjean los misterios de la vida, mientras las piedras se elevan y contemplan las zozobras que se truecan en alegría y calma. 
Carlotta de Borbonet © 

FRAGMENTO # 80 (POLO A TIERRA)



Desde los días de mi juventud he intentado entrenar mis entrañas, elevar mis sentidos al absoluto silencio y clavarle los dientes a los otoños que se asoman con escéptica repulsión sobre la ventana de mi habitación, mientras la Nada espera entre susurros que invaden mi tacto. Me pierdo. Y en el mutismo de la noche, cierro los ojos mirando de soslayo mi ser interior que se desvanece entre los labios dulces de una epopeya.  
Carlotta de Borbonet © 

martes, 26 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 79 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



A pesar de la dureza del tiempo, de permanecer echado en la cama hecho un ovillo, de la inquietud y la tensión de la espera, basta levantar la cabeza y quedar alerta e inquieto a la pálida desgracia que atormenta las almas con un miedo que nunca se abandona, absurda creemos que es la vida, oscura y carente de intereses en una sociedad de carácter irritable y celosa donde la hipocresía y la corrupción juegan un papel indispensable en aquellos miserables que se lanzan con avidez sobre periódicos y calendarios, atribuyendo a la razón miedo y desesperación que con humor sombrío se insensibiliza a tal extremo que existir, por más que se quisiera sería una tarea casi imposible de ejecutar, por ello a pesar de la dureza del tiempo pensar en la alegría es proceder hacia una sociedad piadosa, provocada por una verdadera explosión de sentimientos sin ningún descontento.  
Carlotta de Borbonet © 

FRAGMENTO # 78 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Una vez mermada la melancolía has de disponerte a abrir los brazos a la existencia que abandonada por los hombres y dada a la singularidad de este que trata de refugiarse en un tranquilo espacio, recorren los pasos intranquilos como si esto no fuese la razón suficiente para vivir. Es como si el valor de la vida aumentara los elogios que evidentemente no son dignos de los hombres poco optimistas, es indudable que, debemos entregarnos a esta labor con más atención que el rostro de lo que hacemos cuando nos dedicamos a desperdiciar los días en la nada de la noche y en el barullo de esos pensamientos insaciables que agotan hasta el más profundo insomnio, ese que dura diez días y que revuelca la insania inconsciente que se haya en lo más profundo de nuestra mente. Por ello hay que mermar la melancolía, darle vacaciones una vez al año y cuando sea necesario llorar al estilo de los poemas de Girondo: llorar a lágrima viva, llorar la digestión.  
Carlotta de Borbonet © 

FRAGMENTO # 77 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Llega la noche y el barullo del silencio rompe con las paredes blancas verdosas, mientras la luna se arruga al destete del cielo que blanca la besa. La helada noche resguarda el dolor de aquellos que viajan a la mar por las costas del atlántico, a espaldas del convexo y oscuro remordimiento, que probablemente sentada espera el insólito sonido de su voz, mientras el alba llega balanceándose erguido sobre la ventana de daba prematura la inocencia temida entre las fronteras de lo imposible, corriendo el riesgo de perderlo todo por un instante. ¿Para qué llorar cuando yaces en el suelo triste y desabrido? Pero un rayo de una noche tormentosa sería suficiente para calmar el temblor de tus huesos y desaparecer de la órbita terrestre, libre como una estrella fugaz.  
Carlotta de Borbonet © 

FRAGMENTO # 76 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Has de advertir el dolor como esa forma paralitica de hilar entre los barrotes aislados, que sucumben a través de la multitud de pensamientos, entre largas filas de palabras llenas de nudos vigilantes que sucumben a los pies de aquellos que se marchan entre la muchedumbre inconsciente que permanece a través del tiempo mientras las lágrimas han de caer airosas. Y así envolviendo en el viento las palabras, hundiéndose en la marcha como una honda y profunda pesadilla se contienen sin darse cuenta como espectador de su propia agonía.  
Carlotta de Borbonet ©  

lunes, 25 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 75 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Corren por la campiña la engañosa vida, en el que aún viven las memorias victoriosas entre tumbas esparcidas donde el dolor tiñe de sangre al mundo, mientras se agitan sin reposo las playas donde las aguas del mar Atlántico rebosan ciegas de abandono. Empero las olas y el aire luchan condenadas ante la precipitación del pulso de los que viven en tierra firme, aun cuando la oscura noche invita al descanso de aquellos que se sienten vencidos por la fatiga; bastara luchar en contra de esos corazones cobardes que incapaces de acudir al auxilio de almas generosas, se internan en caminos profundos y salvajes. No ha de acabarse la esperanza y ha de detenerse el temor que desnuda se encargará de cambiar el color las letras de los poetas que han de llegar por otros caminos, por otros puertos… signo de la victoria donde no ha de albergar el dolor, ni los gritos desgarradores que se interponen en la ponzoña cuando se es desgraciado. ¡Cuán desdeñable es la felicidad que tan afanosamente es buscada por los hombres! 
Carlotta de Borbonet ©  

domingo, 24 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 74 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Cómo soportar la existencia cuando vivimos de un destino prestado, con ganas de reír de tanta tristeza mientras nos escondemos del tiempo que como una hornilla apagada nos arrastra al infierno. Me siento sola y mi alma se desmorona ante los recuerdos que pudren los miedos de los que no podemos soñar con los ojos cerrados. 
Carlotta de Borbonet © 

sábado, 23 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 73 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Últimamente intento escribir venciendo el temor de perderlo todo, porque aquí donde usted me ve la muerte me espera, insaciable; y no sé si esto es una forma absurda de consuelo pero el tiempo se acorta y la vida no hace más que buscarnos trampas con ese resentimiento propio de un Dios castigador y demandante (y no es que sea atea), pero  no puedo evitar esta cursilería cuando al levantarme cada mañana las nubes me destierran dentro de estas letras escritas en mi cabeza que están engarzadas en las alas de las aves que no vuelan, pero que conocen las olas del mar. Lastimosamente, no puedo evitarlo cuando con mi lápiz rojo escribo ennegreciendo los bordes de las hojas y secuestrando los versos antes de llegar al muelle mientras el cielo se pinta de rosado perdonándome mis ofensas y concediéndome esa esperanza que sé que nunca será mía. Ya no me queda más por agregar cuando mis ojos se cierran deseosos de reconstruir historias que comenzarán a desaparecer cuando la invención ceda y la tristeza baje la cabeza. 

Carlotta de Borbonet © 

viernes, 22 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 72 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Y si el cielo se hundiera entre olas de playas saladas, y del mar lloviera granizo de estrellas, quizás la felicidad no sería una utopía y la vida tendría un mayor sentido. Lloraríamos carcajadas de alegría y reiríamos de espasmos llenos de ilusiones y sueños. Los viejos no serían tan viejos y los niños se columpiarían en nubes de barro hechos dinosaurios de colores psicodélicos como sus amigos imaginarios, que serían también nuestros amigos. El arco iris tendría escaleras cubiertas en salsa de chocolate y la tristeza no la conocería nadie. El sufrimiento tan solo sería una palabra más del diccionario de mitologías y cuentos. Los laberintos de Sábato serían carruseles en forma de unicornios a cambio de caballos blancos desgastados por el óxido y el tiempo. La soledad viviría entre nosotros y el miedo a morir no existiría, porque ya vives en el paraíso. El ocaso compartiría las tardes con la Luna y la noche sería iluminada por el sol mientras el tiempo espera su destino, que no dependerá de él, sino de nosotros. Los humanos seríamos infinitos como los dioses, aunque pocos tendrían ese privilegio. La muerte llegaría en el sexo y la vida de un simple suspiro producto de la unión de dos almas bendecidas por los ángeles, esos amigos de los dioses puros y rebeldes ante la existencia. La música sería el producto de una exhalación con ritmos brillantes al son de los días y los meses del año. Las raíces de los árboles serían finitas y conectarían los continentes bajo puentes subterráneos como los de "Alicia en el país de las maravillas". Los idiomas serían tan universales que un beso como saludo y un abrazo como despedida sería suficiente. La guerra entre el cielo y el infierno no existiría porque el odio, la arrogancia y la desmesura es para los inexistentes que no son capaces de comportarse como humanos, ya que por alguna razón no han desarrollado un corazón suficientemente apto para abarcar esos sentimientos que brotan del pecho cuando alguien hace las cosas con amor y pasión. Por eso, si el cielo se hundiera entre olas de playas saladas, y del mar lloviera granizo de estrellas, la felicidad no sería una utopía y la vida tendría un mayor sentido.

Carlotta de Borbonet © 

FRAGMENTO # 71 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Sin el peso de un pasado que no se puede cambiar, ni la opresión de un futuro que no se puede conocer, el hombre libre debe vivir el presente, sin otra razón que la de vivirlo y ser consciente de ello. Por otro lado Epicuro sostiene que aunque el placer es un bien y el dolor un mal, no es inteligente elegir siempre el placer y rechazar siempre el dolor, ya que lo que debemos hacer es rechazar los placeres a los que le siguen sufrimientos mayores y aceptar dolores cuando se siguen de ello placeres mayores. Antes de obrar hay que pensar cuidadosamente el placer o el dolor que se seguirá de ello y establecer un balance entre el placer y el dolor que estas puedan llegar a provocar. Sin embargo, no hay que renunciar a los placeres corporales sino ordenarlos y administrarlos de cara al bienestar físico y espiritual. La razón para Epicuro, definitivamente representa un papel decisivo en lo que atañe a la felicidad, ya que esta nos permite alcanzar el estado de total sosiego (ataraxia), de absoluta imperturbabilidad y ante todo nos da libertad ante las pasiones, los afectos y los apetitos. El sabio para Epicuro alcanza la vida buena y feliz gracias a esta autonomía frente al dolor y los bienes exteriores, a los amigos con los que convive y a su aislamiento respecto a la vida social.
Carlotta de Borbonet © 

FRAGMENTO # 70 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Este confinamiento del que no poseo nada. Esta ausencia desesperada que consume mi mirada. Este vacío melancólico que desvanece mi alma. Esta barrera impotente que estremece mis deseos. Esta distancia absoluta que fulgura mis recuerdos. Este abandono que huye fugitivo a mi encuentro. Esta cadena oxidada que azota mi albedrío. Esta tristeza perfumada que me ahoga y me asfixia. Este miedo estremecedor que vacila sobre mi destino. Esta herida profunda que no cicatriza mis decaimientos. Esta infancia insegura que oscurece mi jornada. Este tiempo sin tiempo que retrocede mi futuro. Este silencio sensible que ensordece mis pensamientos. Este insomnio lúgubre que me espera con sus voces. Este esperar húmedo que no aplaca mi soledad. Este llanto frío que lava el interior de mi ser. Esta vida arrojada que oscila en la muerte de mi existencia. Este beso sin aroma que no abraza mi compañía. Esta tierra arenosa que enferma me llama para recorrerla. Esta paz revoltosa que no llena de anhelos mis sueños. Este libro grueso que me invita a nunca leerlo. Y esta lista con pompa funeral que de rodillas clama ser bendecida, que posa a mi llamado de ocios y confidencias.  
Carlotta de Borbonet © 

martes, 19 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 69 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)


Odio los domingos. Los domingos carcomen el alma y la derrumban sin piedad alguna. Los domingos son como la bala perdida de la semana, son como el dulce ácido que te envenena antes de comértelo. Los domingos son melancólicos, los domingos es el único día de la semana en que la muerte se enorgullece por visitarnos y de vez en cuando llevarse a alguna alma perdida. Los domingos, son los días de la muerte y la desolada desesperanza. Lamentablemente muy pocos pueden reconocer el valor de la fantasía, y sin embargo puedes satisfacerte en que tu permaneces vivo porque, aun suenas.Carlotta de Borbonet © 

jueves, 14 de mayo de 2015

A MITAD



A mitad del camino
de mi vida, me encuentro
soslayada en la nada
de un encierro, como
una larva en una
selva oscura, luchando
mientras la luz se
esfuerza por encontrar
mi sombra en la
senda perdida de

mi destino. 

Carlotta de Borbonet ©

FRAGMENTO # 68 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



No es fácil luchar por la vida, creemos que hemos sido arrojados y algunos vivimos enojados por el simple hecho de haber nacido sin permiso, nos apodamos lobos esteparios, odiamos a los optimistas y vivimos de ese existencialismo barato que no hace parte de esa filosofía que logra ver en el ser humano esa naturaleza artística, que nos enseña sobre lo útil que es vivir y cómo accionar nuestros pensamientos en obras grandes para la humanidad.  
Carlotta de Borbonet © 

FRAGMENTO # 67 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)

Sé que a veces pareciese que nos faltase el oxígeno para respirar, que el mañana ha de olvidarse en el ayer y que los colores grises están a punto de resquebrajarse en blancos tristes y saturados. Que las canciones no tienen sonido alguno y que los poemas no tienen tima, ni color. Que la vida espera ansiosa a la muerte, que han de opacarse los ojos en grandes cantidades de lágrimas, que los cielos se revuelcan en tormentos de desesperanza y los mares se defienden contra la ira de Poseidón. Que las manos tiemblan al unísono con los pies mientras los besos se convierten en trozos de hielo que han de derretirse con el paso del tiempo y la soledad. Pero ha de faltarnos el oxígeno para respirar cuando el tiempo se detiene en los recuerdos y prefieres la muerte, antes que la reja del pasado te encierre para siempre en las fauces de la nada y de las mañanas sin ayer.  
Carlotta de Borbonet © 

FRAGMENTO # 66 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



No hemos de considerar el destino como algo sellado, o lejano de nuestros puertos, no sería malo considerar un pequeño viaje al estilo Ítaca, donde el paso de los años sea lento y largo, que puedas imaginarte el camino más allá de lo simple que es ver, sino percibir en cada uno de los colores el andar de la vida, como si tu espíritu en verdad estuviese dentro de ti, selecto a la emoción que ha de hallarse en el pecho de tu corazón –allí donde se posa tu alma-. Y aunque caigamos una y mil veces, no hemos de apresurarnos en los pasos, sino aprender de las riquezas que a veces traen las tristezas y la desolación; viajar quizás a una isla solo no sería la solución, aislarse del mundo sería el final del camino que ha de llevarte al infierno de tu mismo interior que se posa en el pasado de los recuerdos. Por ello, mantengamos el paso en el camino que ha de llevarnos a Ítaca, aunque lleguemos pobres y viejos.  
Carlotta de Borbonet © 

sábado, 9 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 65 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Empero el alma no ha de derribarse, mientras los cielos aclamen el deseo de alumbrar el alma de aquellos que como troyanos han luchado por sobrevivir en un mundo de guerras intermitentes. La lealtad de aquellos que han sido participes de la lucha, han de peregrinar por las sendas y los altares mientras un dios que no es suyo juega con las sombras del desencanto que silenciosos van andando, mientras las huellas recorren los montes, en busca de un milagro hecho verso.Pues un verso ese ese pedazo de letras que ha de mover el mundo interior de quien lo lea, los versos tienen vida, tiempo, nombre, historia; pueden ser mitológicos o realistas; juegan con las emociones, con la libertad y el cautiverio. Un verso puede ser una elegía o a la mismísima muerte, pero sobre todo, un verso puede resucitarte de las cenizas o dejarte literalmente tirado en el suelo; el rescate de un verso depende de cómo y quién lo escriba, del momento en que lo leas y del momento que te del espacio para ser libre.
Pero la libertad no solo está en el verso que leas o escribas, la libertad es propia de los seres que aman la vida y de los inconformistas que están dispuestos a cambiar su mundo para luego proyectarlo en el mundo de los demás. La libertad es propia de los fénix que han de resucitar en las cenizas después de una historia triste, para luego regresar con fuerza a las fauces de la tierra que un día parieron a los hombres y mujeres en una historia sin fin.
Carlotta de Borbonet ©

FRAGMENTO # 64 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Aun cuando el encierro se convierta en laberinto, y el silencio me cierre las fauces de los ojos, me convertiré en fénix y sobre mis alas rojas y fogosas quemaré el desconsuelo propia de los humanos tristes que añoran el silencio. Pero correré el riesgo de ser ola ante un torbellino, para hacerme fuerte y aun con todo y nada salvar mi alma.  
Carlotta de Borbonet © 

viernes, 8 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 63 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Si fuese la vida un pedazo de consuelo, no me vencería la crueldad que me destierra y me demacra, pero retornare como poeta y correré el riesgo de levantarme y seguir cayendo; hay que dejar traslucir en versos el dolor que causa la perdida y el abandono de sí mismo, y lo penosos que resulta ser un ser triste, para luego desembocar en la expiación del desconsuelo. Ojalá viera yo partir el dolor cruel de mi corazón, y no vería entonces triste la muerte llamarme como si el flanco fuese secuestrar mi alma, humillante ante el enojo y la pesadumbre que desmoronan la ruptura irreparable de mi destino. Escribir, deseosa, e insufrible permitirá elevar mi espíritu al cielo, donde las nubes cargadas de rayos alumbrarán el camino de los que nos hemos perdido. 
Carlotta de Borbonet ©  

FRAGMENTO # 62 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)


Esos hombres perdidos y ambiciosos, de escarpadas pendientes, que sin vigor y fuerza parecieran capaz de satisfacer todos los deseos humanos entre versos de ensueño, de juegos de ingenio, consustanciales y poéticos, que en prosa narran en forma de pregunta las perífrasis propias de visiones oníricas, mientras los dioses aniquilan su tristeza. La felicidad es el éxito del desvelo como guía del camino, iluminando el alma fuente de la inspiración más excelsa. 
Carlotta de Borbonet © 

FRAGMENTO # 61 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)


Ignoro quien soy como un poema de ensueño y ficción, que no suelo valerme de la realidad natural, sino que como poeta he de acentuar con mayor fuerza la marginalidad literaria que se canaliza en esos versos cortos que no se pueden expresar, mientras defraudada me justifico de los recursos metafóricos para poder referirme a las emociones con mayor claridad, tanto en el sentido de anticipar el porvenir como de poder anticipar ese tiempo humilde, que sin lugar, ha de prescindir en los vocablos que arriesgan vertiginosamente la moral de los que nos sentimos tristes, pero que con el ejercicio de la fuerza y la constancia entenderé, que a pesar de lo dicho, intentaré imaginar la eternidad como un espacio físico, donde mi humanidad temporal se encuentre consigo misma, dentro de un universo visible insoslayable que me aproxime a la estructura de los pasos de aquellos que están con la cabeza ensangrentada pero erguida. Ampliaré los sentidos de los versos mientras paso de la metamorfosis en hierba, arbusto y árbol, para así poder mirar a Dios a la cara.  

Carlotta de Borbonet ©   

martes, 5 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 60 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Intentamos encontrar en nosotros un rascacielos, que ayude a ver en nosotros eso que no logramos comprender. Si hemos de hallarnos en frente de un vacío o frente a un alto muro, hemos de construir un puente o escalar con orgullo los diferentes obstáculos que ha de ponernos la vida, porque no hay mar que no se pueda cruzar, río que no se pueda nadar, ni cielo que no se pueda volar. La vida como un mar, río y cielo ha de ser los caminos que hemos de abordar; y al estilo de una epopeya Dantiana desembocaremos en un poema sublime, dentro de un lirismo casi profético, antes de terminar en el purgatorio del desespero y la desolación.  
Carlotta de Borbonet ©   

FRAGMENTO # 59 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Erigirse por el camino de la felicidad, resplandecer el alma ante los ojos del mundo como fuente de inspiración excelsa que abre las puertas del averno por senderos y montañas alegóricas a encauzar el destino de quienes se han perdido; así también trascender imponente a eso parajes recónditos que amenazan a los seres desde tiempos inmemorables; lo que impulsa entonces es recrear la vida ante vuelos altos, y así salir de la profundidad de los barrancos oscuros que guardan nuestros miedos mientras espera la llegada del sol, ese que es capaz de amedrentar a los fantasmas, a los locos y a los espíritus vulgares, con el fin de salvarse de esas oscuridad abismal que traen las noches tristes y desoladas; pero situemos el amor y la poesía por encima de cualquier cosa, salgamos de esa cueva platónica y miremos la luz a la cara como una constelación que domine la vida.  
Carlotta de Borbonet ©   

lunes, 4 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 58 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)




Contar historias, como cuando prendes un cigarrillo y el humo sale de tu boca o de tus fosas nasales tan lentamente que ves cómo esta empieza a diluirse por el aire, primero gris oscuro hasta terminar en un color que tus ojos no pueden percibir, y entonces empiezan a correr las historias a través de ese vaho tuyo de donde salió el humo del cigarrillo, prendes otro, y las historias continúan contándose como si fuesen historias eternas, de esas que no se acaban, que no tienen fin con la vida, que recorren el mundo porque no hay mejor aventura que la del viento de remolinos que hacen que tus historias se vuelvan mitológicas. Y quizás, tú no puedas recorrer el mundo, pero el aire se encargará de recorrer los 360º del mundo para volver a ti y calar en tus pulmones, aun sosteniendo un cigarrillo sobre tus manos. Las historias giran porque siempre están vivas aunque su dueño haya muerto, porque respiran aunque a ti te falte el aire, porque quieren ser vistas, quieren que otros también las vivan, porque las historias tienen latidos y cada diástole y cada sístole podría ser una prosa heroica en la que cualquier humano podría ser el protagonista de su propia historia.
Y si no fumas, no importa. Cuando los remolinos del viento y de aire canalizado recorran el mundo, para entrar por tus fosas como pequeños pensamientos y sentimientos, harán de tu existencia un cuento, no al estilo Poe o algo parecido, sino al estilo Cortázar, que te den instrucciones con el fin de que las historias se localicen justo en el centro de tu corazón. 
Carlotta de Borbonet ©  

FRAGMENTO # 57 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Ser persona implica entregarse a un periodo de búsqueda donde predomine la voluntad de expresarnos, de tal forma que no solo podamos darnos compasión a nosotros mismos, sino también a los demás. Un periodo de vida que nos aleje del silencio, habilitando en el paso de los años el amor por la vida y el respeto por la existencia, y así captar la esencia de dichos momentos siendo un gerundio en plenitud hacia una realización que nos dé sentido, en una relación mutua de afectación tu-yo que nos permita donarnos a un futuro de incertidumbre; sacrificarnos, servir, reconocernos, respetarnos, generar vínculos, convivir con los demás captando selectivamente la realidad, como ese puente que se construye sobre el vacío  y que nos ayuda a generar conexiones entre lo que deseamos y lo que se nos es posible.  Viéndonos entonces de otra manera, aceptaremos y toleraremos el dolor y el sufrimiento que a veces implica vivir, como lo resalta Kierkegaard: “La puerta de la felicidad se abre hacia afuera, lo ideal es encontrar una dirección que llene los espacios vacíos, sin perder de vista nuestra propia humanidad”. 
Carlotta de Borbonet ©   

domingo, 3 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 56 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Concebir como portadores la vida, padeciendo de ella la hermosura de lo existente, de lo retratado, de lo posible y realizado. Ser capaz de estar abiertos a lo que proyectamos, generando conexiones entre lo que deseamos y entre lo que se nos posibilita, como oportunidades. Encarar la angustia y el dolor, afrontar lo ridículo y lo estúpido y representar escénicamente esas emociones que se traban justo a la entrada de nuestra garganta.

Materializar la energía en la profundidad de nuestros proyectos y la simbolización de nuestros potenciales; ser como un sofista afrontando las olas y que al estilo Heidegger entreguemos lo autentico a la responsabilidad y a la lucha del sentido de la existencia; movilicemos las alas y acabemos de un vuelo las nostalgias de esa filosofía silenciosa que refuerza el desconsuelo.  
Carlotta de Borbonet ©   

sábado, 2 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 55 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Extraerse en el cántico de un pájaro, en el desvío de un mundo de marineros de espuma, en la exactitud de una conciencia que reposa en los años de sosiego mientras empieza a sentirse a sí mismo extrayendo la imagen desaparecida como una fórmula de felicidad y plenitud, y así no llegar a perdernos; sostenernos con el aleteo del tiempo y la felicidad como compensación de la realidad, desde una contemplación estructurada, humilde, silenciosa, frágil, eterna…pero, en la intimidad del silencio, una palabra espabilará el aire del mediodía, desde una panorámica lírica que divagará en los ojos tristes de quien con sensibilidad responda al destino ávido, renunciando a la serena soledad gramatical que se haya en el anhelo humedecido, enhebrando en el amanecer del mundo la cúspide de una oración. 
Carlotta de Borbonet ©   

FRAGMENTO # 54 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Llueve fuertemente casi atravesando el cielo poniente un refocilo de creación cae de a pedazos desde el mirador del aliento, pura matiz de la naturaleza que como un sueño pondera la consciencia de nuestra vida que aún no ha envejecido, pero que se puede ver pasar como un cruce ambulante que espera escondido el silencio que se rompe como un vidrio precioso.  
Carlotta de Borbonet ©   

viernes, 1 de mayo de 2015

FRAGMENTO # 53 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)



Ya todo queda como una gran casa vacía, nos retiramos de la vida, envejeceremos en el abandono de los pasos y las voces sin eco. Mientras creemos que no estamos locos y que el planeta anda dando vueltas tras una estrella y un espacio que no es vacío, en un tiempo que es nuestro y de nadie más. La sabiduría nos susurra a los oídos, con eso que debemos contentarnos, con eso que ahora resulta realizable como los sueños que conocemos, que no requieren de explicaciones pero si de preguntas, de esos sueños que circulan en los ríos y donde los silencios se callan de otra manera, por causa de ese suelo intacto a los golpes del destino y que se reblandece de momentos que no avisan cuando vienen.  
Carlotta de Borbonet ©  

FRAGMENTO # 52 (MEMORIAS DE LA TRIBULACIÓN)


Sientes que vas cayendo sobre un abismo, una mano ibérica intenta sostenerte como una península que se haya mar adentro. Respiras sobre un espacio en blanco de donde han surgido esos problemas graves de identidad personal, mientras intentas ponerle un nombre a eso que sientes; a eso que acontece y que innecesariamente existe; pero de los errores nacen las certezas, especialmente cuando crees que los hombres son animales insondables, o que no desean ser consolados. Pero ha de sembrarse la esperanza en esa respiración diafragmática que se encuentra de vestigios antiguos, propios de la irritación, en un mundo que es una comedia de engaños. No obstante, cuando de cambiar la vida me refiero, tomamos impulso mientras vacilamos, nos movemos en los carriles del tiempo y de los recuerdos, y entre remolinos atravesamos los campos, como si viviéramos en una tierra de tifones; pero solo las personas sensibles son aquellas que son capaces de ponernos la mano como un llano horizonte, para aprender a reconocer las cosas, al fin y al cabo nadie puede escapar de su destino.  
Carlotta de Borbonet ©