Esos hombres perdidos y ambiciosos, de escarpadas pendientes, que sin vigor y fuerza parecieran capaz de satisfacer todos los deseos humanos entre versos de ensueño, de juegos de ingenio, consustanciales y poéticos, que en prosa narran en forma de pregunta las perífrasis propias de visiones oníricas, mientras los dioses aniquilan su tristeza. La felicidad es el éxito del desvelo como guía del camino, iluminando el alma fuente de la inspiración más excelsa.
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