Sin el peso de un pasado que no se
puede cambiar, ni la opresión de un futuro que no se puede conocer, el hombre
libre debe vivir el presente, sin otra razón que la de vivirlo y ser consciente
de ello. Por otro lado Epicuro sostiene que aunque el placer es un bien y el
dolor un mal, no es inteligente elegir siempre el placer y rechazar siempre el
dolor, ya que lo que debemos hacer es rechazar los placeres a los que le siguen
sufrimientos mayores y aceptar dolores cuando se siguen de ello placeres
mayores. Antes de obrar hay que pensar cuidadosamente el placer o el dolor que
se seguirá de ello y establecer un balance entre el placer y el dolor que estas
puedan llegar a provocar. Sin embargo, no hay que renunciar a los placeres
corporales sino ordenarlos y administrarlos de cara al bienestar físico y
espiritual. La razón para Epicuro, definitivamente representa un papel decisivo
en lo que atañe a la felicidad, ya que esta nos permite alcanzar el estado de
total sosiego (ataraxia), de absoluta imperturbabilidad y ante todo nos da
libertad ante las pasiones, los afectos y los apetitos. El sabio para Epicuro
alcanza la vida buena y feliz gracias a esta autonomía frente al dolor y los
bienes exteriores, a los amigos con los que convive y a su aislamiento respecto
a la vida social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por leerme :)